Y serán subastados el próximo mes de septiembre en Christie’sNo importa si eres un ícono de Hollywood o una simple ama de casa. Al final, las mujeres siempre caemos en las mismas prácticas, truquitos y mañas. Por ejemplo, ¿quién no se ha comprado una misma blusa, pantalón o zapatos en varios colores por practicidad?
La protagonista de Breakfast at Tiffanys no es la excepción e hizo lo que algunos estilistas califican de “aburrido o demasiado seguro”: compró el mismo par de zapatos en 20 colores distintos.
Y no vayan a pensar que se trata de unos altos y estilizados tacones, sino de unas simples pero siempre funcionales ballerinas (o flats) con un pequeño lazo de adorno. Y es que aunque fue Brigitte Bardot junto a Rosa Repetto las que idearon este modelo de calzado que hoy tantas usamos en nuestro día a día, Hepburn fue una de las grandes responsables de su popularización, ya que las usaba tanto en sus películas como su rutina diaria, siendo el film Funny Face (1957) uno de los ejemplos más emblemáticos.
Su colección quedó al descubierto porque Christie’s hará una nueva subasta en septiembre con algunos artículos de su guardarropa (estos 20 pares incluidos) que fueron donados por su familia para seguir recaudando fondos para distintas obras benéficas con las que Hepburn se identificó durante toda su vida.
No se ha revelado de qué marca son (y sería interesante saber porque, independientemente a que son de cuero, de verdad que se mantienen intactas) y es curioso ver que además de los colores tradicionales se pueden apreciar tonos más vivos y atrevidos, como el verde y el amarillo, que pueden darle vida y personalidad a un atuendo tradicional o clásico.
Se estima que los zapatos puedan venderse en unos $2,000 y, como pasa en todas las subastas de este tipo, no tanto por su valor material sino sentimental. Audrey Hepburn sigue siendo un símbolo indiscutible de estilo e, incluso, las generaciones más jóvenes (que han visto pocas o ninguna de sus películas) se identifican con sus atuendos sofisticados pero “sin esfuerzo” que son fáciles de emular.
Pero esta actriz no sólo fue un ejemplo de moda, sino también de estilo de vida. Como ella misma una vez dijo: “La belleza de una mujer no está en la ropa que usa, la figura que lleva o la forma en que peina su cabello”. Sobre todo en sus últimos años (hasta su temprana muerte a los 63 años a causa de un cáncer de colon), fue embajadora de buena voluntad de UNICEF en la lucha contra la desnutrición infantil y por los enfermos de Sida.
Hoy son sus dos hijos quienes continúan su legado a través de una fundación que lleva su nombre y la recuerda, no sólo como una de las actrices mejores vestidas y más bellas de Hollywood, sino como la mujer que afirmaba: “A medida que crezcas, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a ti mismo y otra para ayudar a los demás”.