Una regla de más de 100 años que sólo los ingleses insisten en seguir cumpliendo y que es más exigente que cualquier uniforme escolarSi bien lo más importante en los grandes torneos de tenis es el desempeño de los jugadores y no sus atuendos, la verdad es que más de una vez han dado de qué hablar por sus coloridos, que alguna vez resultan chocantes y en ocasiones sorprenden.
Pero no en Wimbledon, el famoso y estricto torneo inglés, donde todavía es obligatorio (a diferencia de otros Grand Slam) que los tenistas vistan enteramente de blanco. Pero, ¿de dónde viene este reglamento?
El código de vestimenta fue impuesto a finales del siglo XIX por el All-England Club, cuando el tenis era un deporte sumamente elitista que se jugaba en las reuniones sociales y estaba muy mal visto o resultaba impropio que se vieran las marcas de sudor de los jugadores, sobre todo de las mujeres, por lo que se exigió el uso del blanco porque era el color que más las disimulaban.
Por muchos años, el blanco fue entendido como “el color del uniforme del tenis” pero con el paso del tiempo otros torneos fueron flexibilizando esta regla, como es el caso del US Open, que empezó a permitir la ropa de color en 1972. Algunos aseguran que se debió a la presión de las grandes marcas deportivas patrocinadoras para destacar sobre el resto e imponer una moda dentro de las canchas para aumentar así sus ventas.
Sin embargo, el All-England Club no cedió y, por el contrario, en los últimos años se ha vuelto aún más conservador; incluso ha añadido nuevas cláusulas, como por ejemplo: la vestimenta debe ser exclusivamente blanca, no se admiten tonos off-white o cremas; sólo se permite una raya de color, la cual no debe medir más de un centímetro de ancho; si se sufre alguna lesión, incluso el vendaje debe ser blanco; y no se permite ningún tipo de ropa interior o accesorio (como muñequeras o calcetines) de color.
Dos casos fueron muy sonados en la prensa, levantando una ola de críticas entre el público por considerar que esta norma es “demasiado anticuada”. Uno fue el de Roger Federer en el 2013, quien usó unas zapatillas Nike blancas con suela color naranja en un juego y enseguida le prohibieron seguir utilizándolas; y otro fue el del tenista australiano Nick Kyrgios, que optó por la bandana (el pañuelo) oficial de Wimbledon en el 2015 y ésta incumplía sus propias reglas por tener mucho color.
La pregunta es: ¿La sociedad actual seguirá viendo con malos ojos las marcas de sudor en la ropa? ¿Acaso no es una reacción natural del cuerpo ante un esfuerzo físico? Al menos algo sí ha cambiado: ya las mujeres no tienen que jugar usando vestidos largos y corsés, y los hombres pueden usar shorts y franelas de tela ligera y manga corta.