San Francisco de Asís, santa Rita y el santo Padre Pío tienen en común una experiencia tan singular como misteriosa: los estigmas. Perforaciones en las manos y en los pies como si hubieran sido clavados en la cruz, o marcas en la frente como si hubieran llevado la corona de espinas, todos llevaron en un momento de su vida los estigmas de Cristo, las heridas que le fueron infligidas durante la Pasión. Reseñamos los estigmatizados más famosos de la historia de la Iglesia.
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