Se rinden los padres del bebé enfermo: “No logramos salvarte”El juez confirma el veredicto. La familia del niño retiró la petición de transferirlo a los Estados Unidos para un nuevo tratamiento. “Charlie tenía una posibilidad concreta de mejorar”, lamentan.
Desde el principio el Pontífice ha tenido muy presente el caso y ahora pide oración. La joven pareja ahora está pasando sus últimos momentos con el bebé enfermo terminal. La disputa legal llega a su fin. Los padres buscaban llevarlo a los EE.UU. para que recibiera un tratamiento experimental.
“El papa Francisco está orando por Charlie y por sus padres y se siente muy cerca a ellos en este momento de inmenso sufrimiento. El Santo Padre pide de unirnos en oración para que puedan encontrar la consolación y el amor de Dios”, informó anoche Greg Burke, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede.
Chris Gard y Connie Yates desean pasar “la mayor cantidad del tiempo que les queda con Charlie”, indica una nota de los abogados de la pareja.
El bebé británico sufre de una enfermedad genética llamada síndrome de depleción del ADN mitocondrial. Se trata de una enfermedad rara que ha golpeado a 17 niños en todo el mundo y provoca un daño cerebral diagnosticado irreversible. El infante no puede oír o ver y no puede moverse, tragar o respirar por sí sólo.
La historia ha conmovido al mundo y al Papa. Los padres del menor lucharon por vía legal hasta el final tras conocer que la estructura sanitaria infantil Great Ormond Street Hospital concluyera que los tratamientos sin perspectiva de mejorar la vida del menor solo alargarían el sufrimiento del pequeño paciente.
Tras varias apelaciones e incluso un juicio en la Corte Europea de los Derechos Humanos, los tribunales fallaron a favor de la disposición del hospital y el equipo médico.
No obstante, las dificultades, la familia de Charlie exhortó a un juez para que autorizara a su hijo de participar a un tratamiento experimental en Nueva York. Esta era la última esperanza para ellos.
La respuesta de los médicos británicos fue unánime y argumentaron que esto era “inútil”. La batalla legal concluyó además porque el médico estadounidense que realizaría el tratamiento aseguró que ya era tarde para realizar la cura experimental.
Los padres piden ahora solo respeto de su privacidad y gozar el mayor tiempo posible con el menor que en dos semanas hubiera podido cumplir su primer cumpleaños.
Por su parte, el papa Francisco había pedido que se respetara el deseo de los padres “de acompañar y curar hasta el final al propio hijo”.
Igualmente, se había ofrecido que el bebé fuera llevado a Roma para recibir la asistencia del hospital infantil Bambino Gesù, estructura del Vaticano y la diplomacia de la Santa Sede aseguró que estaba dispuesta a conceder la ciudadanía vaticana a la familia.
De hecho, el caso llamó la atención de varios políticos, el presidente estadounidense Donald Trump le ofreció la ciudadanía a los padres de Charlie.
El papa Francisco ha confiado en otras ocasiones que “no sabe por qué los niños deben sufrir”. Y ante la tragedia de un infante invita a mirar solo el crucifijo y rezar.