El guía se ha convertido en protector de Jumbilla, un paraíso con una caída de 895 metros de agua que comienza a estar en manos de los taladores. Él favorece el barranquismo para crear recursos sostenibles sin dañar la flora y la faunaLa manera más eficaz de evitar las plagas es seguir las fases de la luna. Es así como lo vienen practicando en Cuispes, un poblado de 350 habitantes ubicado en la Amazonía peruana. Café, hortalizas, plátano y piña son algunos de los cultivos que crecen a los pies de una de las caídas de agua más altas del mundo. Se trata de una joya cristalina que alimenta a la flora y fauna de esta inhóspita selva.
La caída de agua de la catarata de Yumbilla tiene 895 metros de altura para Jarvik Galoc, un guía de barranquismo, este es el territorio de sus pesadillas y alegrías. Desde que tiene uso de razón no ha conocido un paraíso como este, cuenta para un diario de la prensa peruana. http://larepublica.pe/sociedad/1062481-el-guardian-de-las-cataratas
Decidido a proteger el verde de sus árboles, los bosques primarios y los animales que no intercambian miradas con un ser humano, se ha convertido en guardián de esta belleza natural descubierta en 2007 por científicos del Instituto Geográfico Nacional del Perú.
Donarse por los bosques
Este joven de 30 años recibe a los visitantes locales y extranjeros, la mayoría de ellos montañistas que llegan no por las cataratas sino más bien por la aventura. Con la ayuda de su madre, quien prepara los alimentos para los exploradores, el joven egresado de la carrera de Agroindustria ofrece “La posada de Cuispes” como una alternativa de estancia en el lugar.
“Todo esto es nuestro, hagamos que el mundo lo conozca”. Jarvik cursó el nivel secundario en Chachapoyas. De padres campesinos, el joven peruano soñaba con convertirse en Ingeniero Agrónomo. Sin embargo, esta disciplina no estaba habilitada en la Universidad de la ciudad de Chachapoyas.
Ha logrado involucrar a sus vecinos en el cuidado y promoción de la zona. Con todos ellos formó la “Asociación Yacu Urco”, para promover no solo las cataratas sino también la visita a los galitos de las rocas, el oso de anteojos, los armadillos peludos, los tucanes, los pumas, los venados y los colibríes cola de espátula, especies que ahí aún viven en libertad.
Esperanza verde en la Selva
Jarvik había decidido defender los bosques de Cuspis, para eso había que hacer frente a los taladores. Estar encerrado en una oficina no era lo más apropiado. Fue entonces cuando se decidió por mantener la protección de estos bosques.
Los bosques y la flora no han corrido la misma suerte. “El bosque tiene capacidad para regenerarse, pero para ver un cedro como los que existían antes tendremos que esperar al menos 15 años”, comenta el joven mientras camina por los antiguos campos de cedro, que brotaban en el lugar antes de que los pobladores iniciaran la tala indiscriminada de Ishpingo y el árbol que figura como símbolo nacional en la bandera del Líbano.
El amante de la ecología ultima detalles para la nueva temporada de “barranquismo”, de esta forma intenta llamar la atención de más peruanos y turistas. Y es que en la región además de Yumbilla, están las cataratas de Gocta, Chinata y Pabellón, muy poco conocidos en el país.
Gracias a su mamá
Pero ¿cómo ha logrado tanto este defensor de los bosques? Desde niño su madre lo había preparado. Aquellos bríos y aliento de valentía lo logró de ella. Cuando aún muy pequeño lo soltaba por el bosque para que interactuara; fue así como alguna vez llegó incluso a atravesar más de 250 m de profundidad de la cueva de donde brota el agua cristalina a más de 800 pies de altura. Nada detendrá a este valiente peruano que sueña con reverdecer la selva del Perú.