El portal de noticias Telemundo muestra anuncios de “caza al migrante” falsificados para que parezcan oficialesEn lo que podría perecer una reedición de las películas del viejo oeste, en la que en las batientes de la cantina o en el despacho del sheriff se colocaban los pasquines de “se busca”, apreció en San Antonio (Texas) una nueva forma de “cazar” inmigrantes indocumentados: mediante recompensa a quien los denuncie.
Puede que esto no sea más que una contraofensiva de los grupos de indocumentados, o de aquellos que ser verían perjudicados si la actual administración del presidente Trump cumple su promesa de reducirlos al 50 por ciento en diez años (lo cual quitaría de mano de obra baratísima a sectores como el agrícola y de la construcción).
Pero, también, puede que haya detrás un grupo que, de verdad, quiera “lucrar” entregando indocumentados a las autoridades migratorias. “A río revuelto, ganancia de pescadores”, dice el refrán. Y en este sentido, podrían surgir “iniciativas” como la que, en su momento, representó el grupo de los Minutemen (“ciudadanos unidos para el monitoreo de nuestra frontera”) en los límites de California y Arizona con México.
Posible consecuencia de la SB4
Texas, un enorme Estado pegado a la frontera con cuatro entidades federativas mexicanas (y que hasta mediados del siglo XIX fue territorio de este país), se ha distinguido por la fuerte ofensiva de su gobernador, el católico republicano Greg Abbott, en contra de los trabajadores indocumentados.
De hecho, Abbott –quien está casado con Cecilia Phalen, también católica y nieta de inmigrantes mexicanos —es el promotor de la controvertida ley SB4, que penalizaría a los gobiernos locales y a las universidades que no cooperen con las autoridades migratorias en la identificación de inmigrantes indocumentados.
Entre otras cosas, la SB4, que entraría en vigor en septiembre si vence todas las impugnaciones en su contra, permitiría que los oficiales de policía pidan documentos a las personas detenidas por cualquier razón; autorizar la cooperación entre autoridades carcelarias y servicios de inmigración; prohibir que los gobiernos eviten que sus funcionarios investiguen a inmigrantes, y aprobar el recorte de fondos estatales a universidades, departamentos de policía, municipios y condados en caso de no cumplir con las medidas establecidas.
Los impugnadores de esta ley han aducido que viola las garantías constitucionales puesto que las personas podrían ser detenidas por la policía solamente por sus aspecto racial y no por haber cometido algún “crimen grave” como el mismo Abbott había dicho. Lo cual puede alimentar la codicia de grupos que, con el pretexto de salvaguardar la ley, estarían dispuestos a “entregar” indocumentados para su deportación.
Por lo pronto se hicieron presentes estos grupos en una gasolinera de San Antonio, en la que dejaron pilas de tarjetas promocionando la denuncia de indocumentados a cambio de una recompensa de 100 dólares, si el denunciado era, finalmente, aprehendido por el Servicio de la Oficina de Inmigración y Aduanas (el ICE).
Los atajadores del crimen
La tarjeta mostrada por el portal Noticias Telemundo, es de color blanco y letras azules y lleva el sello oficial del ICE y el logotipo de Crime Stoppers USA (Atajadores del Crimen en Estados Unidos de América, CSUSA o CUSA), una organización reconocida de voluntarios que trabajan con las fuerzas policiales en diferentes lugares del país.
Quizá valiéndose de la misión declarada por Crime Stoppers a nivel nacional en su página web de “ofrecer el anónimo a las personas que proporcionan información sobre los crímenes” y de “pagar recompensas cuando la información suministrada conduce al arresto”, algunos grupos locales han querido “hacer su agosto” frente a la posibilidad de que entre en vigor la SB4.
Por lo pronto, sobre las tarjetas repartidas y su vínculo con el ICE “es falso”, dijo rotundamente en un comunicado Carl Rusnok, director de comunicaciones de la región central de ICE en Texas. El oficial agregó que no es la primera vez que este tipo de material ha sido detectado en varios lugares del país en los últimos meses.
Desde luego, el volante no es del ICE (tampoco aparece en la página oficial ni en el último boletín “The Informer”, julio de 2017 de CUSA), pero sí representa una llamada de alerta de lo que se está jugando en el trasfondo de esta que pasa por ser la principal promesa de campaña de Donald Trump.
De aquí a la práctica de las películas de los vaqueros (recompensa por el personaje buscado, sea vivo o muerto) hay un breve, muy breve paso.
