Toma nota de asuntos como llevar el móvil con la batería cargada, no permitir ahogadillas o estar pendiente de los abuelitos1. Aprende a nadar. Saber nadar es mucho más que lograr flotar. Es recomendable que adultos y niños puedan desenvolverse en el agua sin problema. Tomás Gregorio, director de la escuela de natación Swimmer’s, en Pozuelo de Alarcón (Madrid), asegura que “lo ideal es que los niños asistan a clases de natación durante el curso escolar para que en verano dominen perfectamente el medio acuático”. Y añade que “desde los 6 meses, los niños ya pueden comenzar a asistir a clases de flotación para aprender a mantener la horizontalidad en el agua”.
2. Respeta las señales de seguridad. Al llegar a la playa o a la piscina, es muy importante seguir las indicaciones de las señales (banderas, zonas acotadas de baño…) y de los profesionales (socorristas, monitores, personal sanitario, etc.). También conviene observar el medio donde vamos a bañarnos y localizar los lugares más seguros y el puesto de atención sanitario más cercano.
3. Evita juegos peligrosos. Algunos de los accidentes más comunes en el medio acuático se producen por imprudencias. Kiko Jorreto, experto en socorrismo y profesor de CAFyD y TAFAD en la Universidad Francisco de Vitoria, advierte de que “no es recomendable correr en el borde de la piscina ni tirarse de cabeza en lugares desconocidos o poco profundos; tampoco lanzarse desde árboles, y menos desde balcones o acantilados”. Lanzar a alguien desde el bordillo de la piscina sujetándolo por brazos y piernas también es muy peligroso; y hay que evitar siempre las ahogadillas ya que, además de hacer pasar un mal rato a quien las sufre, pueden causar lesiones cervicales.
4. Elige bien el flotador. Valora el medio en el que te encuentras y la actividad que vas a realizar. Los niños que no saben nadar y las personas que vayan a realizar deportes acuáticos deben contar con dispositivos de flotación para evitar accidentes, como chalecos salvavidas, manguitos o flotadores antivuelco. Comprueba que estos dispositivos están homologados y son aptos para un baño seguro. Ciertos flotadores infantiles pueden provocar que los niños se den la vuelta y queden con la cabeza sumergida, sin posibilidad de salir a flote por sí mismos.
5. Hidrátate mucho. La sensación de calor se reduce cuando nos bañamos, pero no por ello es menos necesario beber agua. Aunque no hay una cantidad exacta recomendada, es muy importante no bajar de los 2 litros diarios, y en embarazadas, mujeres lactantes o deportistas, esta ingesta debe aumentar a entre 3 y 4 litros por día.
6. Evita cambios de temperatura. El famoso “corte de digestión” no es otra cosa que la consecuencia de sumergirnos en agua fría después de haber estado expuestos a temperaturas altas. Jorreto aconseja “evitar tomar el sol en las horas centrales del día y no entrar en el agua de manera brusca tras haber comido o tomado el sol durante mucho tiempo”.
7. Mantén la guardia. Aunque sepan nadar, es fácil que niños y ancianos tengan un descuido o un accidente. Si los adultos no están pendientes, puede ser fatal. El agua es para disfrutarla y no debemos inculcar a los niños un miedo injustificado, pero sí concienciarnos y concienciarles de que hay actitudes que parecen seguras, pero entrañan peligro. Por ejemplo, es peligroso enrollar a los pequeños en la toalla de manera que no se puedan zafar de ella si caen al agua, o perder de vista a los ancianos mientras se bañan, ya que, aunque sepan nadar, pueden sufrir un calambre y quedar incapacitados para regresar al borde de la piscina o la orilla del mar.
8. Evita el alcohol. El alcohol reduce los reflejos y la capacidad de concentración, por lo que no es recomendable a la hora de bañarse, ni cuando estemos vigilando a algún niño. No hay que engañarse con frases como “es solo una copa” o “por una cervecita no pasa nada”, pues hace efecto desde el primer trago. Jorreto advierte de que es “especialmente peligroso en adolescentes, ya que es más habitual que pierdan la percepción del peligro” .
9. Cuida la piel. Las quemaduras solares que sufran hoy los niños y los adolescentes son el principal factor de riesgo de padecer un melanoma –el tipo más grave de cáncer de piel– el día de mañana. Por eso, recuerda usar crema con un factor de protección alto, aplica la primera capa antes de salir de casa y repite la acción cada dos horas.
10. En caso de accidente… Inmovilizar el cuello, evitar mover la columna vertebral y avisar inmediatamente a los servicios de urgencias puede ser clave para minimizar las consecuencias del accidente. Es importante llevar un móvil con la batería cargada, comprobar que existe cobertura en la zona y conocer los números de teléfono de emergencias del lugar donde estamos.
Marta Peñalver
Artículo originalmente publicado por Revista Misión