Del 1 al 40, hay profundos simbolismos detrás de ciertas combinaciones numéricas¿Por qué las cúpulas de algunas iglesias tienen ocho ángulos? ¿Por qué se pintan nueve ángeles en los retablos? ¿Por qué el trece se asocia con el mal? El cristianismo heredó del judaísmo el simbolismo de ciertos números, y es sobre todo en el arte donde se usan para simbolizar verdades teológicas. Sin un “manual” para descifrarlos, muchos significados de las obras de arte medievales o renacentistas se nos escapan.
Aquí hay una lista básica de los números más comunes usados en el cristianismo y su simbolismo particular.
Uno: Hace referencia a la unidad, a menudo conectado con la unidad del Dios Trinitario.
Dos: Se usa en muchos casos, como en los dos Testamentos de la Biblia o las dos naturalezas de Cristo.
Tres: Un número popular en el mundo antiguo. El filósofo y matemático griego Pitágoras (famoso por su teorema) consideraba el tres como el número de la perfección. Se puede encontrar por toda la Biblia, como en la Trinidad, el número de apóstoles que presenciaron la transfiguración de Jesús, las tres horas de oscuridad en la crucifixión de Jesús y los tres días que Jesús pasó en el sepulcro.
Cuatro: Un símbolo de la Tierra (los cuatro extremos del mundo) y de los cuatro evangelistas.
Cinco: A menudo se considera un símbolo de la gracia de Dios y hace referencia a las cinco llagas de Cristo, de las cuales mana toda la gracia.
Seis: Un símbolo de humanidad y debilidad humana. Adán y Eva fueron creados en el sexto día de la creación. El seis representa también el mal y un trío de seis es el número de la Bestia en el libro del Apocalipsis.
Siete: Similar al número tres, a menudo se usa para representar conclusión o perfección. Hay innumerables ejemplos en la Biblia, como los siete días de la creación, y muchos otros a lo largo de la doctrina cristiana (siete gozos y siete dolores de María, siete pecados mortales, siete dones del Espíritu Santo, etc.).
Ocho: Se asocia íntimamente con la Resurrección y la nueva creación. Jesús se alzó en el octavo día. Los niños judíos eran circuncidados en el octavo día y san Pablo explicó a sus comunidades que “no es verdadero judío el que lo es exteriormente, ni la verdadera circuncisión es la que se nota en la carne. El verdadero judío lo es interiormente, y la verdadera circuncisión es la del corazón” (Romanos 2,28-29). Las fuentes bautismales a menudo están diseñadas en forma de octágono para representar esta nueva vida y la “circuncisión del corazón”.
Nueve: Habitualmente se considera un número angelical, ya que la Biblia menciona los nueve coros de ángeles.
Diez: También se considera un número perfecto, normalmente en referencia a los Diez Mandamientos.
Doce: Un número común en el cristianismo y en la Biblia que a menudo refiere a una fundación. Israel se compuso de 12 tribus y Jesús escogió a 12 apóstoles. La Nueva Jerusalén en el libro de Apocalipsis tiene 12 puertas.
Trece: Similar al número seis, representa la traición y la rebelión. Se ve con más claridad en la Última Cena, donde la decimotercera persona en la mesa, Judas, se marchó y traicionó a Jesús.
Cuarenta: Otro número popular, simbólico de las pruebas y trances. Los israelitas deambularon 40 años por el desierto y Moisés permaneció en el monte Sinaí durante 40 días. La lluvia del gran diluvio duró 40 días y 40 noches. Jesús caminó por el desierto durante 40 días antes de comenzar su ministerio público. La Cuaresma es un periodo de 40 días.