Massiel Moreno defiende la vida ante la ley que ahora permite acabar con el hijo no nacido en Chile
El pasado 3 de agosto, el Congreso y el Senado de Chile dieron luz verde al proyecto de ley de despenalización del aborto. El Tribunal Constitucional dio validez al documento, que ahora ya está solo pendiente de promulgación.
En el video que acompaña este texto, puede escucharse y verse a Massiel Moreno, una mujer joven que dio su propio testimonio para convencer a los legisladores de que siempre la vida es la mejor de las opciones.
Massiel Moreno vive hoy pese a que su madre la quiso abortar a los 6 meses de gestación. El feto sobrevivió y, aunque con una discapacidad que le acompañará toda la vida y que es fruto de aquel hecho, hoy es una mujer que -como ella misma dice- puede hacer lo más importante: “amar y ser amada”. Se casó y es madre de un bebé de 8 meses y medio. No guarda rencor a su madre biológica.
No se trata de buscar la lágrima fácil con su relato. Se trata de ver lo que la Medicina afirma: que desde el momento de la fecundación del óvulo por parte de un espermatozoide existe una vida distinta (aunque dependiente) de la madre. No es una cuestión moral ni ideológica, es pura biología. A pesar de esta evidencia científica, son muchos los que consideran que no todos los embarazos son dignos de continuidad.
Así, en 59 países del mundo (en total hay 194, según el cómputo oficial de 2017) está permitido el aborto. Se calcula que cada año hay unos 46 millones de abortos, de los que más de la mitad están permitidos por la ley. No mueren tantos niños en el mundo por ninguna otra causa (de hambre se calcula que fallecen 3,1 millones).
Al pensar en el aborto, uno de los principales argumentos es la defensa de los derechos de la madre. Por supuesto que sí. Pero alguien debería pensar también en los derechos del hijo que todavía no ha nacido.
¿Y los hombres dónde están?
Desgraciadamente, estamos ante una de las causas de mortalidad mayores en el mundo y es una injusticia que algunos Estados las promuevan en vez de asegurar políticas que defienden a la mujer. Los hombres, en una cultura impregnada de machismo, prefieren desentenderse de la cuestión cuando en realidad el 50 por ciento del problema es por su culpa. O, en cualquier caso, su responsabilidad.
Massiel Moreno no tiene el encanto de una estrella de cine o de una rica y famosa, no es una modelo ni es bien parecida. Pero tras escuchar su relato, esta mujer desprende belleza. Vale la pena mirar su ejemplo de vida y recordar aquella frase de Molière, que se aplica a tantas madres valientes del mundo: “La belleza del rostro es frágil, una flor pasajera. La belleza del alma es firme y segura”.