Desde el amor a primera vista hasta el “antes incluso de conocernos”, estas historias de amor os van a inspirarCuando pienso en mi relación con el hombre que ahora es mi esposo, Joseph, puedo decir exactamente en qué momento supe que quería pasar el resto de mi vida con él. Habíamos estado saliendo durante unos dos meses y estábamos celebrando su 22 cumpleaños en la casa de sus padres. Lo vi interactuar con su familia, especialmente con su madre, y me di cuenta de todo el amor que sentía hacia ellos. En ese momento supe que había encontrado al hombre por quien había rezado tanto, alguien que ama a la familia tanto como yo.
Curiosa, quise saber en qué momento supieron otras personas que habían encontrado a su pareja ideal. Me reuní con nueve parejas casadas muy diferentes. Algunos aprendieron a amarse con el tiempo, otros sintieron el flechazo, mientras que otros sabían que habían encontrado a la persona con quien pasar el resto de sus vidas antes incluso de conocerse cara a cara.
Aunque cada historia es única, todas evocan el momento maravilloso en el que estas personas supieron sin lugar a dudas que estaban hechas la una para la otra.
Después de una conversación animada: Dray y Mandy, casados desde hace 280 días
Mandy me confesó que fue difícil identificar el momento exacto en el que supo que su marido Dray era “el bueno”. Pero tiene un recuerdo que destaca sobre los demás: “Dray y yo habíamos celebrado juntos nuestra fe cristiana de formas muy diferentes y, una tarde, habíamos tenido un debate muy vivo sobre el tema. Lo curioso es que aquella noche tuvimos un apagón eléctrico, así que estábamos envueltos por la oscuridad. Por entonces, no me había dado cuenta de lo mucho que dependíamos de la comunicación no verbal. Pero para mí, el momento más determinante fue cuando, estando sentada en el suelo, le escuché decir que, independientemente de las circunstancias, quería encontrar las soluciones para que compartiéramos nuestras vidas respetando las tradiciones religiosas del otro”. Su dedicación y buena voluntad llevaron a Mandy a confiar en él, a amarlo hasta que, finalmente, se casaron.
En cuanto a Dray, él no podía imaginar su vida sin Mandy: “Una vez que llegué a conocerte, supe que quería que fueras parte de mi vida”, dice tras volverse hacia Mandy. “Y cuando empezaste a ser parte de mi vida, supe que nunca querría verte salir de ella. Sé que tenemos nuestros altibajos, pero te quiero tanto que no puedo imaginar un futuro sin ti a mi lado. Tu compasión, tu inteligencia y tu espiritualidad me inspiran a convertirme en un hombre mejor… y un hombre no puede pedir nada más a la vida”.
Tras la primera cita: Tom y Nicole, casados desde hace 16 años
Pocas parejas pueden decir dónde se encontraban exactamente cuando supieron que habían encontrado al amor de su vida. Pero Tom lo recuerda vívidamente: “¿Que cuándo lo supe? Creo que ocurrió en la esquina de la calle Union Turnpike con la calle 178. Nuestro primer beso. ¡Como si la flecha que me atravesó cuando la vi por primera vez no fuera suficiente! Supe que quería estar con ella cada instante después de aquel momento”.
Tom y Nicole se conocieron en una cita organizada, y Nicole afirma que sabía que Tom era el hombre de su vida la mañana después de su primera cita. Ella dice: “No mentiré, a la mañana siguiente le dije a mis colegas que había conocido al hombre de mi vida, con quien me iba a casar. Estoy segura de que mucha gente ha pensado lo mismo en alguna ocasión y que todo terminó en un simple encaprichamiento, pero yo fui una de las afortunadas. Esa conexión inmediata nos dio una sensación de seguridad y familiaridad, y se ha mantenido a lo largo del tiempo. Tom ha estado a mi lado todo el tiempo y siempre ha antepuesto mis necesidades, mi seguridad y mi bienestar”. Este sentimiento sigue presente en su relación actual. Nicole añade: “Y por si fuera poco, todavía siento mariposas en el estómago después de 23 años”.
Después de una separación: Erwin y Linda, casados desde hace 51 años
Erwin y Linda llevaban dos años saliendo, pero Erwin no estaba seguro de si Linda era la mujer adecuada para él. “Así que rompí con ella”, dice. “Pero después de dos semanas de separación y oración, ya no tenía dudas. Así que volvimos a estar juntos y poco después le pedí su mano a su padre, que accedió. Unos días después le propuse matrimonio… y unos seis meses después, nos casamos”.
Linda dice que lo supo después de que Erwin conociera a sus padres. “Por lo que a mí respecta, quería pasar el resto de mi vida con él, pero él seguía teniendo dudas. Nos separamos por un tiempo. Mi corazón estaba roto”. Estaba encantada cuando él regresó a ella: “Cambió de opinión y, cuando estaba a punto de marcharse a formarse para convertirse en guardia nacional, me propuso matrimonio. Tuvo que pedir permiso a mis padres, pero ellos lo apreciaban mucho, así que aceptaron. Yo estaba totalmente convencida de que él era el hombre con quien quería pasar el resto de mi vida. Y después de 51 años, ¡todavía lo es!”.
Justo después de empezar a salir juntos: Rob y Cindy, casados desde hace (casi) 40 años
Rob y Cindy celebran su 40 aniversario de bodas en agosto. Al recordar sus primeros años juntos, Rob dice: “Creo que supe muy pronto que era la mujer de mi vida, tal vez en nuestra segunda o tercera cita. La atracción física era muy fuerte. Era magnífica, se movía con gracia, y tenía una gran presencia física y una confianza increíble; yo estaba embriagado. Era inteligente, apasionada, talentosa y divertida”. También le gustaba pasar tiempo y pasear con Cindy. “Era fácil estar con ella porque tiene conversación, y le interesábamos yo y el resto del mundo. Sus valores y su compromiso con la fe, la familia, los amigos y el grupo social eran muy fuertes. Quería estar con ella todo el tiempo, escucharle hablar y cantar, tocar su rostro y compartir mi vida con ella. ¡Y eso es lo que hago todavía!”.
Cindy comparte los mismos recuerdos. Quería conocer al amor de su vida en el instituto, como sus padres. Cuando se conocieron, ella tenía 16 años y él 17. Después de su primera cita, ella estaba segura de que él sería su único amor. “Al final de mi primera cita con Rob (sellada con un beso espectacular), ¡supe que quería casarme con él! Habíamos pasado semanas hablando y flirteando durante los ensayos de una obra de teatro, así que sabía que tenía muchas cualidades que yo buscaba en un hombre. Era inteligente, ambicioso, tenía un proyecto de vida, provenía de una familia cristiana, tenía un gran sentido del humor, pero era su falta de malicia lo que me atraía sobre todo. No se andaba con juegos. Me dejó claro que quería estar conmigo y yo me sentía segura en su presencia; le interesaba todo de mí. ¡Y el hecho de que fuera alto, guapo y tuviera un buen trasero tampoco fue un problema! ¡Éramos unos adolescentes muy guapos!
Pasando juntos unos días del todo comunes y aburridos: Joel y Kelsey, casados desde hace 272 días
Kelsey afirma que supo que Joel era “el bueno” simplemente pasando tiempo con él. “Después de nuestras primeras citas, hubo un tiempo en que solamente pasábamos tiempo juntos (casi todos los días), con sencillez, y recuerdo que me dije ‘¡nunca me cansaré de esto!’. ¡Nunca había estado tan feliz de estar con alguien día tras día haciendo las cosas ordinarias de la vida!”.
En cuanto a Joel, supo que Kelsey era la mujer de su vida porque compartían el mismo sueño de fundar una familia. Confiesa que “cuando ella dijo que quería quedarse en casa para educar a los niños, ¡supe que quería casarme con ella!”.
Cuando pasaron unas vacaciones juntos: Brice y Anna, casados desde hace 23 años
Cuando Brice y Anna se conocieron durante un congreso de estudiantes de una universidad católica, vivían a cuatro horas la una del otro. Sin embargo, no permitieron que la distancia les impidiera conocerse mejor y enamorarse. Brice declara: “Pasábamos horas al teléfono en los meses siguientes y nos llevábamos bien. Hablando por teléfono de nuestras ideas y sueños y durante algunas visitas me di cuenta de que Anna estaba hecha para mí”.
En lo que incumbe a Anna, ella afirma que mientras aprendían a conocerse supo que Brice era el hombre de su vida: “Durante meses estuvimos hablando por teléfono cada vez que era posible y nos escribíamos cartas casi todos los días. Luego pasamos juntos unas largas vacaciones con nuestras familias y, al final, supe que estaba hecho para mí”.
El primer fin de semana que pasaron separados: Bill y Lori, casados desde hace 13 años
Bill dice que no fueron necesariamente los días que pasó con Lori los que le convencieron de que ella estaba hecha para él, sino los días que pasó lejos de ella. “Cuando empezamos a salir juntos, seguramente poníamos enfermos a nuestros amigos… Ambos volvimos a la universidad ese otoño e intentábamos vernos todos los días. Ya fuera para salir a cenar o al volver a casa después de las clases. Después de unas tres semanas, Lori se fue a casa de sus padres para el fin de semana y me di cuenta de lo mucho que la echaba de menos, cuánto anhelaba hablar con ella y escuchar su voz. Ella me iluminaba los días y me dije que la persona capaz de causar esa sensación en mí debía ser muy especial”.
Lori evoca un suceso trágico que los acercó: “Las primeras semanas de nuestra relación estuvieron llenas de conversaciones y risas interminables. Entonces, el 11 de septiembre de 2001, yo iba caminando de mi campus universitario con una sensación de miedo y soledad. Le estaba rezando a Dios para que me enviara a alguien para no estar sola, un amigo con quien sentarme y ver las noticias. Estaba en lo alto de una escalera, apoyada en la barandilla, a punto de llorar. Y en un campus con más de 20.000 estudiantes, Bill apareció en aquellas mismas escaleras. Tomó mi mano y fuimos juntos a ver el telediario. Fue la primera vez que nos cogíamos de la mano. Aquella noche escribí en mi diario que sabía que me iba a casar con él”.
Antes incluso de conocerse en persona: Matthew y Vera, casados desde hace 15 años
Matthew y Vera se conocieron a la antigua usanza, intercambiando una correspondencia postal. Después de cinco meses de escribirse cartas y correos electrónicos y de llamarse, la chica de Kansas y el chico de Maine por fin se encontraron en el aeropuerto de Detroit. Para Matthew, la primera vez que se vieron en persona fue el momento en que supo que había encontrado a su futura esposa. “Nuestros intercambios escritos y telefónicos me permitieron conocer a Vera, conocía su alma”, recuerda él. “Si tuviera que escoger un único momento, sería cuando me llevó a visitar el supermercado donde trabajaba y sacó mi cartera de mi bolsillo para ver qué tenía en el interior… Yo ‘conocía’ a esta chica desde hacía apenas seis horas y sin embargo me pareció la cosa más natural del mundo”.
Para Vera, fue ante todo un conjunto de pequeñas cosas lo que la convenció de que había encontrado a su hombre ideal. Le encanta recordar que su alegría le hacía sonreír y que su seriedad le impresionaba. No importaba el momento, ella sabía que Dios lo había previsto todo para su relación. “No puedo decir si hubiera algo en particular que me convenciera o si fue todo un conjunto de cosas”, recuerda ella, “¡pero supe que le amaba antes incluso de conocerle!”. Vera admite que el entusiasmo y las mariposas en el vientre ya no existen después de 15 años, pero “han sido reemplazados por algo mucho más fuerte y profundo. Una cosa que durará más que el encaprichamiento pasajero que hace que dos personas se sientan atraídas mutuamente al principio. Es la elección que nos hacemos todos los días de amarnos y de ayudarnos a convertirnos en mejores personas incluso cuando sea algo lejos de ser fácil”.
Antes de empezar a salir juntos: Matt y Jenny, casados desde hace 83 días
Matt sabía que algo le atraía de Jenny incluso antes de salir con ella: “Antes de pedirle que saliera conmigo, sabía que no iba a parecerse a ninguna de mis relaciones anteriores. Me llevó seis meses proponerle matrimonio, porque no pensé que fuera razonable apresurar las cosas. Después de cinco meses de relación y un viaje a Nueva Orleans, supe que ella era la persona con quien quería continuar la gran aventura de la vida. En ese momento lo supe”.
Coincidiendo con Matt, Jenny afirma: “Matt ya había causado una buena impresión en mí antes incluso de comenzar a salir juntos. Las cosas simplemente estaban en su lugar en nuestra relación. Ninguna fibra de mi ser dudaba de que debíamos estar juntos”.
Sin embargo, ella quedó convencida cuando él participó en un evento benéfico al comienzo de su relación. Jenny explica que trabaja para una ONG que ayuda a familias desfavorecidas: “Organizamos varios eventos al año y, aunque Matt no se perdía ninguno de ellos antes de que estuviéramos juntos, este evento en particular lo cambió todo para mí. Miré a Matt en un determinado momento y estaba completamente rodeado de niños. Estaban pegados a él y le seguían por todas partes como si fuera una persona famosa. Muchos de los niños que ayudamos crecen sin una figura paternal. Él los había engatusado a todos y supe entonces que quería que ese hombre fuera mi marido y que juntos continuáramos ayudando a los demás el resto de mi vida”.
Si vosotros también recordáis el momento mágico en que supisteis quién era vuestro ÉL o ELLA indiscutible, no dudéis en dejar vuestro testimonio en un comentario.