Según fuentes que siguen las discusiones en el Congreso de Washington, el presidente no había querido hacerlo, aunque fuese una propuesta de su campañaDonald Trump, presidente de Estados Unidos –aunque dice que tiene simpatía por los llamados “Dreamers”—ha decidido terminar con el programa “escudo” para proteger el estatus migratorio de los que llegaron en la infancia sin papeles y que llevó a cabo la administración de Barack Obama: el programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA).
Según fuentes que siguen las discusiones en el Congreso de Washington, el presidente no había querido hacerlo, aunque fuese una propuesta de su campaña, pero los activistas anti-inmigrantes lo han acorralado y le han hecho tomar esta dura decisión que promete levantar mucha controversia en estados tan importantes (y tan necesitados del trabajo y las contribuciones de los “Soñadores”) como California, Illinois y Nueva York.
Muy al estilo de la nueva administración de Estados Unidos, se dará un plazo de seis meses para dar tiempo a una acción del Congreso. El mandatario, que desde que llegó a la presidencia prometió buscar una “salida humanitaria” a los jóvenes que llegaron desde pequeños a Estados Unidos, ha cumplido, en parte, su promesa.
La tormenta desatada por esta decisión apenas comienza
Lo cierto es que esta decisión del presidente de Estados Unidos pone en la cuerda floja a cerca de 800,000 jóvenes y adultos que llegaron con sus padres indocumentados hace más de 20 años y que ahora son ciudadanos productivos, muchos de ellos no conocen otro país sino Estados Unidos.
El anuncio coincide con el límite de tiempo impuesto por más de una docena de procuradores estatales del Partido Republicano (Alabama, Arkansas, Kansas, Luisiana, Nebraska, Carolina del Sur, Tennessee, Idaho, Virginia Occidental y el gobernador de Idaho, Butch Otter), que fijaron como plazo el 5 de septiembre para que el presidente definiera el futuro del DACA, o de lo contrario amenazaron con presentar demandas legales contra el programa.
Los asesores legales del presidente Trump y el Departamento de Justicia de Estados Unidos dijeron al presidente que si los gobernadores van a los tribunales, es muy probable que ganen una demanda, puesto que, según ellos, el DACA es muy vulnerable.
Jugada sin compasión
Legisladores demócratas y republicanos han presentado dos iniciativas de ley en el Senado y en la Cámara de Representantes, la BRIDGE Act y la DREAM Act, las cuales buscan proteger a estos jóvenes y ofrecerles un camino hacia la ciudadanía.
Líderes empresariales, demócratas y algunos republicanos han instado a Trump a que mantenga el programa, mientras que las encuestas de opinión indican que hay un respaldo mayoritario a que los “Dreamers” puedan quedarse y trabajar en Estados Unidos.
Grupos defensores de inmigrantes han dicho que ponerle fin a DACA sería una jugada “sin compasión”, que no traería beneficio alguno a Estados Unidos, pero que pondría en peligro a muchos jóvenes criados en ese país que quieren trabajar, estudiar y pagar impuestos.
Pérdidas sin ganancias
Un grupo de líderes empresariales, encabezados por el director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, publicaron una carta abierta al presidente Trump, pidiéndole que preserve DACA.
“Nuestra economía perdería 460,300 millones de dólares del producto interno bruto (PIB) nacional y 24,600 millones de dólares en contribuciones al Seguro Social y al Medicare”, escribieron los empresarios en su carta.
Una investigación realizada por ese Instituto Cato señaló que la posible cancelación del DACA tendría un costo económico agregado de 200,000 millones de dólares y el costo para el gobierno sería 60,000 millones de dólares. Los estados más perjudicados serían California y Nueva York, que tienen la mayor cantidad de “Soñadores”.