Y cómo su victimización pudo haber contribuido a la difusión de la pesteAl contrario que los perros, los gatos eran considerados por lo general símbolos del mal por toda la Europa de la Edad Media. Es una reputación que parece haber surgido, al menos en parte, debido al aparente carácter indolente de los gatos.
En el arte religioso, los gatos representaban con frecuencia la lujuria y podían verse en representaciones de la Caída de Adán y Eva. Luego, el significado de su representación se extendió hasta ser un símbolo de Satán. Los gatos negros en especial eran vistos por los cristianos del medievo como representaciones de lo demoníaco. La asociación de los gatos negros con la brujería solo agravaba este simbolismo.
Por desgracia, esta situación fue llevada al extremo y los gatos empezaron a ser criaturas perseguidas en Europa. Su presencia no era deseada debido a sus implicaciones religiosas y a menudo se les daba muerte por ello. Prácticamente estaban extintos de las localidades.
Como resultado a la ausencia de gatos, la población de ratas creció por toda Europa. Los gatos no mantenían a raya la población de ratas, así que la peste, propagada por estos roedores, pudo extenderse y reclamar las vidas de miles de personas por toda Europa.
Con el tiempo se descubrió que las ratas eran el problema, de modo que las leyes contra los gatos fueron derogadas ante el repentino deseo de facilitar su presencia.
Sin embargo, a pesar de que los gatos se convirtieron en un integrante más de muchos hogares, los gatos negros todavía conservaron esa asociación con el mal que sobrevive hasta hoy día. Son un elemento fijo de la celebración anual de Halloween y las supersticiones sobre los gatos negros siguen pasándose de generación en generación.