Durante la rueda de prensa de regreso de Colombia el Papa ha respondido sobre la crisis en Venezuela, el cambio climático, Donald Trump y la inmigración…Durante su viaje de regreso de Colombia el 10 de septiembre de 2017, el papa Francisco ha respondido
a las preguntas de los periodistas durante unos 40 minutos. El soberano pontífice dice estar muy
conmovido por su viaje en Colombia. Éstos son los temas de los que habló en su intervención con la prensa acreditada en el vuelo.
Venezuela
Creo que la Santa Sede ha hablado fuerte y claramente. Lo que dice el Presidente Maduro, que lo
explique él. Yo no sé qué tiene en su mente, pero la Santa Sede ha hecho mucho enviando allí al grupo
de trabajo de 4 expresidentes. Ha enviado a un nuncio de primer nivel. Después ha hablado con
personas, ha hablado públicamente.
Yo muchas veces en el Ángelus he hablado de la situación buscando siempre una salida, ayudando,
ofreciendo ayuda para salir. Parece que la cosa es muy difícil, y lo más doloroso es el problema
humanitario, tanta gente que escapa o sufre. Debemos ayudar a resolverlo de todas maneras. Yo creo
que la ONU debe hacerse sentir también allí para ayudar.
Colombia
Sinceramente, estoy conmovido de la alegría, de la ternura, de la juventud, de la nobleza del pueblo
colombiano. Un pueblo noble que no tiene miedo a expresarse como siente (…) [A]gradezco el
testimonio de alegría, de esperanza, de paciencia en el sufrimiento de este pueblo. Me ha hecho mucho
bien. Gracias.
Yo pensaba que eran más. Calculaba por los 60, pero me dijeron 54 años de guerrilla, más o menos. Y
ahí se acumula mucho, mucho. Mucho odio, mucho rencor, mucha alma enferma. Y la enfermedad no
es culpable. Viene. Te la arrastra un sarampión y te agarra (…) La enfermedad no es culpable, viene.
Con estas guerrillas que de verdad habían hecho ─sea la guerrilla, sean los paramilitares, sean aquellos
del aire, y también la corrupción tantas veces en el país─ han cometido pecados malos que han
provocado esta enfermedad del odio. Pero se han dado pasos que dan esperanza, pasos en la
negociación, pero ha sido el último, se ha dado el cese del fuego del ELN, y lo agradezco mucho, lo
agradezco mucho eso. Pero hay algo más que yo he percibido. El querer de ir adelante en este proceso
va más allá de las negociaciones que se están haciendo o se deben hacer.
Es una querencia espontánea, y allí está la fuerza del pueblo. Yo tengo esperanza en esto. El pueblo
quiere respirar, pero debemos ayudarlo con la cercanía, la oración.
Juventud colombiana
Lo que más me ha llegado de los colombianos en las cuatro ciudades ha sido la gente en las calles,
saludándome.
Lo que más me ha llegado es que el papá, la mamá, alzaban a sus niños para hacérselo ver al Papa
para que el Papa lo bendijera. Como diciendo: este es mi tesoro, esta es mi esperanza. Este es mi
futuro. Yo te creo. Esto me ha llegado. La ternura, los ojos de esos padres, de esas madres… Precioso,
precioso. Esto es un símbolo. Símbolo de esperanza, de futuro. Un pueblo que es capaz de hacer hijos
y después los muestra, los hace ver así, como diciendo: este es mi tesoro, es un pueblo que tiene
esperanza y tiene futuro.
Paz para el pueblo
Integrar otras personas –que hoy en la homilía he hablado de esto hablando de la parte del Evangelio–
integrar a las personas no es la primera vez, en muchos conflictos han estado integradas otras
personas. Un modo de ir adelante, un modo sapiencial de política. Existe la sabiduría de pedir ayuda,
pero creo que hoy he querido ponerlo en la homilía, que era un mensaje en la homilía, creo que estos
recursos técnicos, digamos así, políticos, ayudan y piden a veces la intervención de las Naciones
Unidas para salir de la crisis, pero solo un proceso de paz irá adelante si lo toma en mano el pueblo. Si
un pueblo no lo toma en mano, sí, podrá ir adelante un poco, se llegará a un compromiso, pero… Es lo
que he querido que se escuche en esta visita. El protagonista de la pacificación o es el pueblo, o se
llegará a un cierto punto. Pero cuando toma la iniciativa el pueblo, es capaz de hacerlo bien. Yo veo que
ese es el camino superior.
Corrupción
Me hace una pregunta que yo me la he planteado muchas veces. Yo me la he planteado de esta
manera: ¿El corrupto tiene perdón? Yo me la planteé así. Y me la planteé cuando hubo un acto en la
provincia de Catamarca, en la Argentina, un acto de maltrato, abuso, de violación de una chica. Y había
gente metida ahí, muy ligada a los poderes políticos y económicos de esa provincia. Hubo un artículo
que me emocionó mucho, escuché de un artículo publicado en La Nación en esta época.
Escribí un pequeño libro que se llama Pecado y corrupción. Todos somos pecadores y sabemos que el
Señor está cerca de nosotros. Que Él no se cansa de perdonar; la diferencia: Dios nunca se cansa de
perdonar pero, el pecador, a veces se anima y pide perdón. El problema es que el corrupto se cansa de
pedir perdón y se olvida de cómo se pide perdón. Esto es un problema grande. Es un estado de
insensibilidad ante los valores, ante la destrucción, a la explotación de las personas. No es capaz de
pedir perdón. Es como una condena aquí, es muy difícil ayudar a un corrupto, muy difícil, pero Dios
puede hacerlo. Yo rezo por ello.
Cambio climático
Quien niega esto debe ir a los científicos y preguntarles a ellos. Ellos hablan muy claro. Los científicos
son precisos. (…) Se ven los efectos del cambio climático, y los científicos dicen claramente el camino a
seguir, y todos nosotros tenemos una responsabilidad. Todos, cada uno tiene una pequeña, o una
grande. Una responsabilidad moral. No aceptar las opiniones o tomar decisiones. Tenemos que tomarlo
en serio. Creo que es algo para no bromear… Usted me preguntaba cuál era la responsabilidad moral.
Cada uno tiene la suya. Los políticos tienen la suya. Cada uno la suya. Según la respuesta que dé. Yo
diría que cada uno tiene su propia responsabilidad moral, primero. Segundo, si uno está dudoso y
piensa que esto no sea verdad, que pregunte a los científicos. Ellos son clarísimos. No son opiniones al
aire. Son clarísimos, y luego que decida, y la historia juzgará las decisiones.
Dinero
Me viene una frase del Antiguo Testamento, creo que de un salmo: ‘El hombre es un estúpido, es un
testarudo que no ve. El único animal de la creación que vuelve a meter la pierna en el mismo agujero’.
Es la soberbia, el creerse suficientes. Y también tiene al dios dinero. No solo lo creado. Tantas cosas,
tantas decisiones, tantas contradicciones dependen del dinero.
Hoy, en Cartagena. Yo he comenzado por una parte, llamémosla pobre, de Cartagena, la otra parte, la
parte turística: lujo, el lujo sin medida moral, digamos, pero aquellos que van, ¿no se acuerdan de esto?
Los analistas, sociopolíticos, no se acuerdan. El hombre es un estúpido, dice la Biblia. Es así, cuando
no se quiere ver, no se ve. Se mira solo una parte.
Corea del Norte
De Corea del Norte, te digo la verdad, no lo entiendo. De verdad, no entiendo el mundo de la
geopolítica. Es muy fuerte para mí. Creo que, con lo que veo, hay una lucha de intereses que se me
escapa, no lo puedo explicar, de verdad.
Herida
Estoy bien. Me agaché para saludar a un niño, no vi el cristal y ¡PUM! (…) Me pusieron un ojo en
compota.
Raíces
Alejar a los jóvenes de la familia no es algo que de un buen fruto. Todo joven tiene su familia. Pienso
que esta ley [sobre los jóvenes clandestinos en EE.UU., los llamados dreamers, soñadores; Ndlr] que
creo que viene no del parlamento, sino del ejecutivo, si es así, no estoy seguro, tengo la esperanza de
que se repiense un poco, porque he escuchado hablar al presidente de los Estados Unidos que se
presenta como un hombre “pro life” (provida). Si es un buen hombre provida, entiende que la familia es
la cuna de la vida y se debe defender la unidad. Por eso tengo interés en estudiar bien la ley.
(…) Es muy importante la relación de un joven con las raíces. Los jóvenes desarraigados hoy piden
ayuda, quieren reencontrar la raíz, por eso yo insisto tanto en el diálogo entre ancianos y jóvenes. Que
dialoguen con los padres, pero también con los ancianos, porque allí están las raíces, un poco lejanas, para evitar los conflictos que puede haber con las raíces más próximas, la de los padres. Pero los
jóvenes hoy tienen necesidad de reencontrar las raíces. Cualquier cosa que vaya contra la raíz les roba
la esperanza.
Migrantes
Siento el deber y gratitud por Italia y Grecia porque han abierto el corazón a los inmigrantes. Pero no
basta con abrir el corazón, el problema del inmigrante es: primero un corazón abierto siempre, también
es un mandamiento de Dios ¿no?: “Recibe, porque tú has sido esclavo en Egipto”. Pero un gobierno
debe gestionar ese problema con la virtud propia del gobernador: la prudencia. ¿Qué significa?
Primero: ¿Cuantos puestos tengo? Segundo: No solo recibir, integrar, integrar.
(…) En otro vuelo, creo cuando volvíamos Suecia, he hablado de la política de integración de Suecia
como un modelo. Pero también Suecia ha dicho con prudencia: este número yo no puedo. Porque existe
el peligro de la no integración.
Tercero: es un problema humanitario, lo que usted decía. La humanidad rinde consciencia de estos
Lager [campos de concentración], las condiciones, que usted hablaba, el desierto. Yo he visto las
fotografías. Primero hay explotadores.
Usted hablaba del gobierno italiano, me da la impresión de que está haciendo de todo, en labor humanitaria, para resolver el problema que no puede asumir. Corazón siempre abierto, prudencia, integración y cercanía humanitaria.
Y hay una última cosa que quiero decir, sobre todo para África. Hay en el inconsciente nuestro un
principio: África debe ser explotada.
Hoy en Cartagena hemos visto un ejemplo de la explotación humana… Un jefe de gobierno ha dicho una verdad sobre esto: los que huyen de la guerra son otro problema, pero hay muchos que huyen del hambre. Invirtamos allí para que crezcan, pero en el inconsciente colectivo está la cuestión de que cuando los países desarrollados van a África es para explotarla. África es amiga y debe ser ayudada a crecer.