Quizás muchos estemos más familiarizados con sus dolores, pero ¿y sus alegrías?
Entre las muchas devociones a la Virgen María, una que a menudo se pasa por alto es la de sus siete alegrías. Muchos católicos quizás conozcan mejor los siete dolores de María, en especial gracias a la Corona de los Siete Dolores.
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Sin embargo, pocos conocen bien sus siete alegrías, que componen una tradición igual de antigua. Los franciscanos han contribuido a preservar esta tradición a lo largo de los siglos gracias a su “rosario”, llamado Corona Franciscana.
Hay una historia que dice que esta corona nació cuando la Virgen María se apareció a un joven novicio franciscano en el siglo XV y “le enseñó que, rezando diariamente un rosario de siete decenas en honor a sus siete alegrías, podría tejer una corona que sería más de su agrado [de la Señora] que el material ramo de flores”.
Las siete alegrías que se meditan durante la Corona Franciscana son similares a los cinco Misterios Gozosos del Rosario.
- Anunciación
- Visitación
- Natividad de Jesús
- Adoración de los Reyes Magos
- Encuentro de Jesús en el templo
- Resurrección de Jesús
- Asunción de María (y/o la Coronación de la Virgen en el Paraíso)
APRENDE A REZARLO AQUÍ: LA CORONA DE LAS SIETE ALEGRÍAS
La devoción a las siete alegrías de María es un complemento perfecto a los siete dolores y ayuda a equilibrar la vida espiritual del fiel, reconociendo que la existencia no está repleta únicamente de penas, sino que también contiene muchas alegrías, en esta vida y la próxima.
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