Queremos decir que sí a la Vida y no al abortoEn, al menos 20 ciudades de la Argentina, se organizaron el 27 de septiembre manifestaciones a favor del derecho a la vida desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Ante la organización de distintas entidades, y la adhesión de otras tantas como la de los obispos de la Arquidiócesis de Buenos Aires o del Secretariado para la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina, el diario La Nación, entre otras, miles de argentinos marcharon portando carteles con mensajes pidiendo por la defensa de la vida y banderas argentinas.
La Marcha por la Vida, explicó uno de los organizadores a la Agencia AICA, buscó ser una manifestación pública de “todos los que defienden la vida desde la concepción. Queremos decir que sí a la Vida y no al aborto. Y lo hacemos ganando la calle en paz, alegría y firmeza. Nos sumamos así a todas las marchas por la vida que ya se hacen en muchos países como Perú, los Estados Unidos, y otros”.
En la Argentina el aborto está despenalizado si se realiza ante dos causales: peligro para la salud de la madre, entendiendo salud desde una perspectiva no sólo física sino también “mental-emocional y social”, y ante casos de violación, con una simple declaración de la madre y aun cuando la vida concebida pueda ser fruto de una supuesta violación de la pareja.
En la práctica, numerosos hospitales de provincias donde se ha protocolizado la práctica facilitan pastillas para provocar abortos ante madres que alegan problemas sociales o incluso sin que lo hagan, y las píldoras se distribuyen con absoluta impunidad en sitios de internet que hasta las ofrecen, sin médicos prescriptores, con envío a domicilio. Algunas farmacias también las comercializan sin prescripción.
Ante este escenario, algunos mensajes portados por los argentinos de todas las edades y religiones que marcharon ayer manifestaban con claridad “aborto legal o ilegal, mata igual”.
Entre quienes marchaban había muchos que trabajaban muy de cerca en organizaciones que colaboran con mujeres que buscan abortar, familias con niños recién nacidos, abuelos ya bisabuelos, y muchos jóvenes. Tanto en Buenos Aires como en otras localidades como Mendoza y San Juan.
Alejados de la Capital y la provincia de Buenos Aires, la situación y los reclamos pueden ser distintos, ya que en muchos casos los ministerios provinciales no han protocolizado el acceso al aborto. De hecho en Mendoza se entregó un petitorio a las autoridades para que esa provincia “siga defendiendo la vida, siga defendiendo la mujer, los niños por nacer, los jóvenes, la vida en todos los términos”.
En un caso u otro, el clamor fue unánime en todo el país: sí a la vida.