El camino hacia una paz integral en Colombia continúa siendo largo y complejo Este domingo 1 de octubre Colombia vivió un nuevo día histórico con la entrada en vigencia del cese al fuego bilateral entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que había sido anunciado incluso en los días previos a la visita apostólica del papa Francisco.
Con este nuevo paso, el ELN, al igual que sucedió con las FARC anteriormente, inició el camino del silencio para sus fusiles, además de asumir una serie de compromisos para que la tregua, en principio con duración de tres meses, pueda seguir avanzando más allá de los plazos establecidos.
Sin embargo, el camino hacia una paz integral y duradera sigue generando interrogantes en Colombia, país donde persisten resquemores y divisiones internas con respecto a los procesos de acuerdos con los grupos guerrilleros.
Y la duda no es ajena al ELN, que en las horas y días previos al comienzo del cese al juego continuó perpetuando diversos ataques y atentados contra infraestructuras petroleras.
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El primer cese al fuego bilateral del ELN
“Las Fuerzas Militares y de Policía, que quede muy claro, continuarán cumpliendo con sus deberes constitucionales en todo el territorio nacional. Están obligados nuestros soldados y policías a seguir defendiendo a los ciudadanos en su vida, honra y bienes, y actuarán, con toda contundencia, contra todo tipo de delitos, cualquiera que sea su autor o su causa”, expresó el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, horas antes de que entrara a regir el cese al fuego.
Al mismo tiempo, recordó, tal cual quedó delineado en las mesas de negociaciones que se están desarrollando en Quito (Ecuador) que este proceso está marcado por una serie de protocolos.
“El ELN tiene que dejar de secuestrar, de reclutar menores, de sembrar minas, de atacar nuestra infraestructura y, por supuesto, debe cesar toda acción ofensiva contra nuestras Fuerzas Armadas y contra nuestra Policía”, indicó Santos, indica Presidencia.
Por su parte, la Iglesia de Colombia jugará un rol clave en la verificación de este proceso, tal cual se expresó desde el momento en que se realizó el anuncio inicial.
“Esperanza y preocupaciones”
En las últimas horas también hubo manifestaciones de algunos representantes de la Iglesia, como monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó y miembro de la comisión de la Iglesia para la facilitación de los diálogos con este grupo armado.
“La Iglesia Católica en Colombia mira con esperanza, pero también con preocupación el cese al fuego bilateral y temporal que empieza a regir desde este 1 de octubre entre el Gobierno Nacional y el ELN”, expresó Barreto también horas antes del cese al fuego y en el marco de un encuentro de reconciliación y paz en Bogotá.
“Aquí se abre un camino hacia el fortalecimiento del fin del conflicto armado y esperamos que sea un paso para avanzar hacia su terminación”, indicó, reproduce el sitio de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
Precisamente, este obispo pertenece a Chocó, uno de los departamentos más afectados por el enfrentamiento armado.
“Con el proceso de desarme de las Farc ha venido un alivio muy grande para la sociedad civil y esperamos que se pueda concretar también este cese bilateral con miras al desarme del grupo ELN”, expresó.
De momento, uno nuevo paso hacia la paz fue posible en Colombia, país que hace poco recibió una visita histórica del papa Francisco, cuyas palabras en pos de la reconciliación entre todos los integrantes de la sociedad aún permanecen en los corazones. Y para ello, más allá de las dudas e interrogantes, no hay que quedarse solo en “un primer paso”, sino seguir caminando.
#OroporlaPaz I Con humildad sigamos los caminos hacia la paz https://t.co/ScZWyWEcEl pic.twitter.com/4UU5azHDq2
— Conferencia Episcopal de Colombia (@episcopadocol) October 1, 2017
Con información de CEC y Presidencia de Colombia