“Cuanto más tengas, más feliz serás”. En las sociedades occidentales ha calado que el dinero es la clave de la felicidad, lo que ha provocado una ola consumista y materialista que acaba dañando a la persona.La publicidad y las empresas presionan y acaban convenciendo a las personas de que es así. Y por ello no es extraño escuchar a muchas familias que no tendrán hijos, o alguno más, porque no podrían proporcionar a sus vástagos todo aquello que ahora es considerado necesario.
Los padres también escuchan a sus hijos pedirles cosas porque “todo el mundo ya lo tiene” viéndose así tentados a complacerles en todo lo que exigen. Y también pueden ser parte del problema.
Entonces, ¿qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos a ser menos materialistas y menos egoístas? Mercatornet da seis pequeñas pautas que no son difíciles de cumplir y que señalan el camino a seguir:
1. Modérate a ti mismo
Este mensaje destinado a los padres es el más difícil pero también el más importante. Distintas investigaciones muestran que los padres que son muy materialistas tienen hijos materialistas. La clave en este punto es analizar qué ejemplo das a tus hijos.
2. Pasa más tiempo con tus hijos que con el dinero
Haz un esfuerzo para pasar tiempo con tus hijos haciendo cosas que no cuesten dinero: ir al parque, pasear en bici, cocinar o jugar a distintos juegos de mesa.
3. Rotación de juguetes
Tus hijos seguramente tengan muchos juguetes así que una opción es guardar algunos de ellos. Esto ayudará a los niños a aprender que no necesitan tanto para pasar un buen rato y además cuando sus padres roten los juguetes y les saquen los guardados los disfrutarán como si fueran nuevos. El tener menos juguetes a mano también puede fomentar la creatividad y la resolución de problemas.
4. Menos recompensas económicas
Algunas investigaciones muestran que los adultos que de niños recibieron recompensas económicas o materiales tales como “si te portas bien te compraré esto…” son más propensos a caer en lo mismo como padres. Para ello, no hay nada mejor que los niños se esfuercen en hacer algo durante un tiempo para valorar lo que es ganar algo, pues es la vida es esto.
5. Enseñar el hábito de “dar” más que “recibir”
Ayudar al otro ayuda a contrarrestar el materialismo. Algunos ejemplos pueden ir desde llevar la cena a un vecino enfermo a regalar algunos juguetes a centros para niños necesitados. Otra opción que se plantea es que el niño elija uno o dos regalos de Navidad para regalar a otros. Eso o una pequeña parte de la paga del domingo.
6. Cuidado con la televisión e internet
Buena parte de este materialismo viene aprendido de estos medios, que además tiene otras consecuencias. Una buena rutina es establecer una cultura familiar en la que quede claro que la televisión, los teléfonos, los ordenadores son un privilegio, no un derecho, y que los padres tienen el poder de controlar el acceso de los niños a estos aparatos.
Otra ventaja adicional es que las familias que limitan el acceso a estos dispositivos tienen mucho más tiempo para hablar y los padres pueden conocer mejor lo que está pasando en las mentes de sus hijos.
Artículo originalmente publicado en Religión en Libertad