El arzobispo de Tarragona y el obispo de Vic llaman a la oración, la prudencia y la calmaEl arzobispo de Tarragona y primado , monseñor Jaume Pujol Balcells ha hecho pública una carta en la que muestra sentir “la necesidad de compartir algunas cosas en estos momentos tan importantes para nuestro país”.
“Pienso que todos estamos sufriendo mucho estos días, y no sabemos hacia dónde irá todo este proceso. Tanto si mantenemos una posición como otra tengo el convencimiento de que nos viene a la mente la pregunta: ¿Qué debemos hacer? Qué hacer yo ?, me pregunto constantemente. Delante del Señor he pensado eso”, añade el obispo.
La respuesta según el prelado es rezar y hacer rezar; ser “sembradores de paz” y “no tomar públicamente posiciones que nos enfrentan”.
Su texto está dedicado fundamentalmente a los sacerdotes: “No olvidemos que somos pastores de todos los fieles. Nuestras opciones personales, totalmente legítimas si están tomadas en conciencia, no deberían aflorar en estos momentos. Seamos elementos de unión, no de desunión”.
El arzobispo pide no involucrar a la Iglesia, ni usar los lugares sagrados para cuestiones políticas. “Les pido que sean prudentes y que consulten decisiones que pueden afectar a la visión que la gente tiene de la Iglesia. Nosotros no somos propietarios, sino administradores”.
Finaliza su carta pidiendo “intensificar la oración”
Artesanos de paz
De igual manera se expresa a sus feligreses el obispo de Vic, Romà Casasanova, que aún en momentos de dificultad, expresa: “es posible un nuevo futuro donde reinen, la paz y la concordia” y pide a los seguidores de Cristo, “ser aretesano de paz”.
“Este es tiempo de construir puentes hacia el otro, de ser cercanos a la familia y amigos. No se alejen de los que piensan diferente, más bien considérenlos como hermanos. Les animo a razonar, a tejer el bien común con sus ideas en concordia. Como buenos artesanos -para todo hay un tiempo- no busquen la inmediatez, amen sin límites”, añade.
Por eso pide “erradicar de nuestro corazón cualquier chispa de odio o rencor. Promover la paz significa decir no a cualquier violencia y, al mismo tiempo, ser portadores del perdón y la misericordia que recibimos de Dios”.
Finaliza pidiendo oración recordando que “el único que puede tocar y transformar nuestro corazón es Dios mismo”.