Francisco expresó que los obispos estadounidenses lo tienen al tanto de la situación y del sufrimiento por el que están pasando El pasado jueves 26 de octubre, tras haber tenido un enlace de video con seis astronautas de la Estación Espacial Internacional, el Papa Francisco –fiel a su costumbre de varios años—se encontró, también vía video, con niños de Scholas Ocurrentes de Estados Unidos, Puerto Rico, México, Paraguay y Argentina.
En una parte de su encuentro, el Papa habló de los llamados “Dreamers” de Estados Unidos, cerca de 800,000 jóvenes y jóvenes adultos que llegaron ilegalmente, de la mano de sus padres, a Estados Unidos siendo niños, que estudian y trabajan en el país y que ahora podrían ser deportados a sus países de origen (no obstante, muchos de ellos ni siquiera los conozcan).
En referencia a su situación, el Papa les dijo que estaba cercano a ellos en su oración y los urgió a no odiar a nadie: “La primera cosa que quiero que les digan es que rezo por ustedes y estoy cerca de ustedes”, dijo a un grupo de chicos de Houston (Texas), tras de que el maestro de ceremonias le pidiera al pontífice un mensaje para los “Dreamers”.
“Segundo, añadió el Papa Francisco, sigan soñando”, en referencia a la persistencia de este grupo de muchachas y muchachos, muchos de ellos de gran valía para la vida económica, política, social y cultural de Estados Unidos, que piden una vía legal para la ciudadanía.
Ellos “sueñan” con ser ciudadanos del único país que conocen, de la única lengua que hablan, del entorno en que han crecido.
“En tercer lugar, estén cerca de las personas que los quieren bien y que pueden defenderlos en esta coyuntura. No odien a nadie. Busquen apoyo en las personas que puedan defenderlos. Yo rezo por ustedes”, subrayó en su mensaje el Pontífice argentino.
Más adelante, reconoció que los obispos estadounidenses lo tienen al tanto de la situación y del sufrimiento por el que están pasando los “Dreamers” en particular, y los inmigrantes en general con las políticas de la administración del presidente Trump.
“Mi padre también fue migrante; Cristo fue refugiado”
“Sé que muchas personas los ayudan, y que hay por ahí personas que no los quieren”, dijo el Papa Francisco, compartiendo con los chicos de Houston que él también es hijo de inmigrantes, y si no fuera porque alguien ayudó a su padre cuando arribó a Argentina a la edad de 22 años (procedente de Italia), “yo podría no estar aquí ahora”.
Francisco se extendió aún más sobre el tema (un asunto, el de las migraciones, que ha sido particularmente cercano a su pontificado) y dijo que al recibir a alguien de una nueva cultura que viene de cualquier otro lugar del mundo es ser enriquecido en el diálogo con esa cultura y con la hospitalidad al otro.
“Y no soy yo quien dice esto, lo dijo alguien mucho más importante que yo: lo dijo Dios, y en la Biblia es claro. Acoger al migrante, al refugiado, porque ustedes fueron migrantes, refugiados en Egipto. Jesús mismo fue un refugiado”.
Hablando a los estadounidenses, el Papa los urgió a cuidar a los migrantes, porque son “la promesa del futuro”. Y a los que recién llegan a la nación americana, los instó a lo mismo, a que cuiden de la gente que los acogió, obedecer y respetar las leyes locales “y aprender el idioma”.
Finalmente, refiriéndose a Europa continental, el Papa pidió a sus habitantes que recordaran bien que su continente es “mestizo”, construido a partir de muchas olas migratorias, como la de los bárbaros y los vikingos.
“Este no es el momento –finalizó diciendo el Pontífice—de ser laboratorios esterilizados. Es el tiempo de dar la bienvenida, abrazar; y los que llegan, de respetar las condiciones de las personas que te reciben”.