¿Y tú qué estás esperando? “Ser un voluntario (a) de la Dirección del Parque Nacional Galápagos es una oportunidad de conocer, participar y colaborar directamente en las acciones de manejo para la conservación del primer Patrimonio Natural de la Humanidad, y trabajar por el desarrollo sustentable de la Provincia”.
Cualquiera que ingrese al sitio de la Dirección Nacional del Parque Nacional Galápagos (Ecuador) en la sección “voluntarios” podrá toparse con estas líneas, un pequeño esbozo de una oferta que parece estar más latente que nunca en Ecuador: convertirse en cuidador de la “casa común” (“Laudato Si”).
Es que en este país sudamericano, zona del mundo repleta de áreas protegidas y lugares para cuidar de la flora y la fauna, el interés de jóvenes por la preservación se manifiesta en este tipo de ofertas, reproduce un reportaje publicado en El Comercio.
En ese sentido, Walter Bustos, director del Parque Nacional Galápagos, ubicado en el famoso archipiélago ecuatoriano, que este lugar recibe alrededor de 70 voluntarios al año para participar tanto de actividades administrativas como técnicas. Pero lo principal es que estas personas puedan involucrarse y “trabajar por el desarrollo sostenible de la provincia”.
Entre las acciones más llamativas que se pueden desarrollar en Islas Galápagos está precisamente la asistencia en reproducción y crianza en cautiverio de las tortugas gigantes, a esta altura celebridades en el archipiélago.
Pero no solo en Galápagos hay ofertas y programas para atraer a voluntarios. Otro de los lugares, por ejemplo, es el Zoológico de Quito que ofrece oportunidades como la formación de estudiantes.
Este lugar, ubicado en la localidad de Guayllabamba y miembro de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios, tiene más de 12 hectáreas en las que es posible encontrarse tanto fauna autóctona como procedente de otros países. Al mismo tiempo, se posiciona como una organización pionera en lo que respecta a la conservación de la fauna silvestre nacional.
Es ahí donde los jóvenes pueden hacer prácticas tanto en biología como veterinaria, entre otras.
Un ejemplo de compromiso en este lugar lo da Rafaela Aguirre, quien pasa varios de sus días como voluntaria de este lugar ayudando a animales que requieren atención clínica luego de haber sido víctimas de “maltrato o tenencia ilegal”, prosigue El Comercio.
“El programa de voluntariado y practicantes está dedicado a personas que quieran colaborar o tener un entrenamiento especial en el área de su interés. Pueden participar estudiantes de los últimos años de secundaria, universitarios o profesionales. Los voluntarios o practicantes interesados pueden realizar actividades y/o proyectos en cuatro departamentos: educación (guianza y programas educativos); fauna (salud animal, zootecnia y conservación); mercadeo y administración (contabilidad procesos)”, establece la propuesta de voluntariado en este caso.
Pero sin dudas nada se agota acá, sino que hay muchas más organizaciones dispuestas a acoger a personas y jóvenes ávidos por poner algunas horas de sus días a disposición de una actividad cada más más necesaria y urgente. Y otra vez la pregunta inicial: ¿y tú qué estás esperando?
Con información en base a El Comercio