La respuesta la intenta dar un libro de ilustraciones chileno Paulina Silva Chala es una artista visual e ilustradora chilena nacida en Santiago de Chile, pero actualmente viviendo en Madrid, España.
La Pontificia Universidad Católica de Chile fue su lugar de acogida para sus estudios de arte y grabado, pero sus intereses académicos también se concentraron en el sector educativo e infantil a través de estudios universitarios en Pedagogía, Ilustración y Neuropsicología infantil.
De alguna manera todo esto fue lo que motivó a Paulina, de ascendencia siria, a unirse a la escritora Francisca Cortés Guarachi, quien le ofreció una invitación para desarrollar un proyecto un tanto particular: “Para Siempre, Noura” (editorial Zig Zag).
Se trata de un libro infantil que ilustra la guerra en Siria, pero enfocado en la infancia y trasmitiendo una historia de amistad. Es ahí donde aparece Noura y su vecino, también su mejor amigo, con quien comparte una infancia tranquila hasta que la “guerra invade sus vidas”, reproduce La Tercera.
La amistad de ambos se transforma y deben lidiar entre otras cosas con la pérdida de seres queridos.
“Los niños se identifican porque son inteligentes y entienden las cosas sin tanto ruido. La idea es no subestimar a los niños y que también entren los adultos, que sea como los libros de ilustración antigua, más universales”, cuenta Paulina en diálogo con el medio chileno a la hora de responder cómo puede conectar un libro de estas características con los niños.
Por otro lado, la ascendencia siria de Paulina, permitió también que la temática fuera de alguna manera más genuina, pues utilizó fotos antiguas de su abuela (entornos reales) cuando estuvo en Siria.
Hace algunas semanas llegó a Chile el primer grupo de refugiados sirios (66 personas) -en el marco de una acción que también contó con la participación de la Iglesia católica- y de alguna manera representa una buena oportunidad para generar empatía para con aquellos que del otro lado del mundo sufren las consecuencias y la crueldad de la guerra.
En ese sentido esta obra no se agota en el tema puntual, sino que va más allá y hace foco en los niños.
“Nos importó mucho que no generara una opinión política. No ponernos del lado de nadie. No es el típico libro de guerra, tratamos de ser neutras. Los malos son bombas o aviones, no es el presidente ni el gobierno. Nunca se sabe quién es el malo o el bueno, ni quién es la víctima o el victimario. No quisimos dar cátedra de nada. Otra cosa importante es que nunca decimos en el libro que es de Siria. Quisimos que sea transversal a las guerras, que funcione como un ejemplo”, agregó Paulina.
“Por los niños que viven la guerra, por su futuro”, es el comienzo de esta obra de 40 páginas y de tapa dura -disponible a partir de la segunda quincena de noviembre- que busca también generar una respuesta de amistad en tiempos de conflicto.