El descubrimiento arroja luz sobre las prácticas religiosas durante tiempos del gran faraón Ramsés II
Unos arqueólogos en Egipto han descubierto las ruinas de un antiguo templo que una vez perteneció al rey Ramsés II, un faraón que reinó entre 1279 y 1213 a. C.
El descubrimiento se considera algo rompedor porque confirma que hasta finales del siglo XIII a. C. el dios sol Ra todavía era adorado. Los faraones de la Dinastía V, hace 4500 años, construyeron los primeros templos solares egipcios.
Según un artículo publicado en The Independent, el templo es también la única evidencia de la presencia de Ramsés II en el área Badrashin de Giza, al sur de El Cairo.
Los restos del templo fueron adornados con relieves relacionados con el dios sol Ra.
Ramsés II, también conocido como Ramsés el Grande, se recuerda como un gran líder que extendió su reino desde Siria en el este a Nubia en el sur.
A principios de este año, los arqueólogos descubrieron una estatua enorme de Ramsés II de 3000 años de antigüedad, sumergida en el lodo de barrio pobre de El Cairo.
Ramsés II fue inmortalizado en un poema de Percy Shelly titulado Ozymandias, en el que un “viajero de tierras remotas” se encuentra con “dos piernas en el desierto, de piedra y sin tronco”.
En la estatua de Ramsés II, que también era conocido como Ozymandias, el viajero lee las palabras:
Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:
¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!
Y el poeta, contemplando el monumento destrozado ante él, termina con una reflexión sobre la fugacidad del poder y la mortalidad del hombre, incluso de los grandes:
No queda nada a su lado. Alrededor de las ruinas
de ese colosal naufragio, infinitas y desnudas
se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas.