Más de 300 millones de dólares destinados a un proyecto para reducir los cultivos ilícitos “Este acuerdo histórico es una oportunidad única de cambiar el curso y ayudar a los cultivadores de coca a adoptar iniciativas de desarrollo alternativo”, expresó el director ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Yury Fedotov.
Es que el pasado viernes se realizó un anuncio que llena de esperanza a miles de campesinos de Colombia para continuar con el plan de sustitución del cultivo de la hoja de coca, fuertemente asociada con el narcotráfico, por otros.
Para ello, a través de un acuerdo realizado entre Naciones Unidas y el Gobierno colombiano en Viena (Austria), se destinarán 315 millones de dólares para monitorear esta política nacional de reducción de cultivos.
Al mismo tiempo, reproduce Presidencia de Colombia, se pretende “fortalecer el desarrollo rural integral”.
“Hoy venimos a Viena, a pocos días de que se cumpla el primer año de una Colombia en paz, con un mensaje de esperanza: estamos trabajando en la construcción de oportunidades. Lograr una solución al problema de las drogas ilícitas comienza por atacar de manera frontal las organizaciones criminales, poner en marcha programas sostenibles e incluyentes, así como buscar alternativas para otorgar tratamientos penales diferenciados”, señaló Fedotov.
Entre los cultivos que se pretenden estimular aparecen el café, el cacao y las especies, por ejemplo, y la medida forma parte de una estrategia de carácter internacional contra la droga.
Por otro lado, la medida de sustitución también colabora con el conflictivo de la construcción de la paz en Colombia, pues la cocaína fue desde siempre una de las principales fuentes de financiación de los grupos armados.
Según indican los datos recientes, en Colombia hay más de 140.000 hectáreas cultivadas con coca, al tiempo que también el país sudamericano adquirió compromisos con Estados Unidos para la reducción de esos cultivos ilícitos.
Mientras tanto, ahí están los campesinos y sus familias, que acogiéndose voluntariamente a los planes para la sustitución de estos cultivos también hallan alivio.
“Fíjese, a mis 86 años yo creo que puedo vivir los días que me quedan sin cultivar coca. Muchos de por acá piensan lo mismo porque estamos cansados de ver que alrededor de la coca han pasado cosas que no deben ser así y eso tiene que cambiar para que los muchachos vean y hagan otras cosas”, expresó a la agencia EFE Gerardo Antonio Vera Jaramillo, un lugareño de la localidad de Briceño de 86 años, quien entiende que llegó la hora de que el tema del cultivo de coca, además de las minas antipersonas, formen parte del pasado de la zona.
Precisamente, este año comenzó a funcionar una nueva etapa del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) que se puso como meta beneficiar a 100.000 familias en más de 40 municipios.
Ojalá más familias se sigan acogiendo a estos planes y lo resuelto recientemente en Viena, de carácter “histórico”, resulte también un trampolín clave para seguir combatiendo el drama “lacerante de la droga”, tal indicó el papa Francisco durante su última visita a Colombia en septiembre de este año.
Con información de Presidencia de Colombia