Harvey Weinstein, Kevin Spacey y ahora Dustin Hoffman han puesto en evidencia que no todo es fama y glamour en la Tierra de los Sueños. Repasamos algunas de las leyendas más oscura y truculentas de Hollywood. No están todos, pero sí los más sonados. No apto para todos los públicosCharles Chaplin: Es bien sabida la fama de mujeriego que tenía Charlot. Puede que el episodio más turbulento de su relación con las mujeres fuera con Lita Grey, una joven actriz que conoció a Chaplin en mitad de un rodaje. Charlot se encaprichó con la chica, que tan solo tenía 16 años. Al parecer la dejó embarazada, y para evitar el alboroto que aquello podía provocar, se casó con ella. Registró al niño meses después de su nacimiento para que pareciera que había sido fruto de su reciente matrimonio, y obviamente la relación no duró demasiado. La separación se zanjó con 800.000 dólares, todo un récord para la época.
Errol Flynn: El Robin Hood clásico por excelencia murió como consecuencia del consumo masivo de drogas y alcohol, de modo que no dejó demasiadas sospechas sobre su comportamiento. También era otro con fama de mujeriego y, faltaría más, se casó y se divorció varias veces. Era un bromista de gusto muy dudoso, y cuenta la leyenda que tenía un habitación con un falso espejo, a través del cual podía contemplar a las parejas que invitaba a sus fiestas mientras mantenían relaciones sexuales.
Alfred Hitchcock: Ser un genio del cine no está reñido con tener un problema con el sexo opuesto. Tippi Hedren, una de las rubias más célebres del cine del director, con quien trabajó en películas como Marnie la ladrona o Los pájaros, denunció públicamente en sus memorias que fue acosada sexual y psicológicamente por Hitchcock. En aquella época no existía el término “acoso sexual”, y seguramente habría salido perdiendo si se le hubiera ocurrido denunciar al director de algo similar, habida cuenta de la fama y la popularidad de la que gozaba el cineasta en aquel momento.
Roman Polanski: El director polaco aún hoy día, no puede pisar suelo estadounidense. De hacerlo, sería detenido. En 1977, tras haber trabajado con Jack Nicholson en Chinatown, director y actor trabaron amistad y el segundo invitó al primero a una de sus habituales fiestas en su casa, generalmente repletas de excesos de todo tipo. Según parece, en aquel guateque Polanski drogó y violó a Samantha Greimer, una joven modelo menor de edad. El director llegó a un acuerdo con los abogados de Greimer y admitió haber mantenido relaciones sexuales no consentidas, e incluso pasó 42 días en prisión. Pero cuando fue puesto en libertad, algo le dijo que el asunto podía ponerse feo y huyó con lo puesto a Francia. Y no se equivocó, el fiscal iba a por él porque no daba validez al acuerdo que había llegado con la joven.
Actualmente Samatha Greimer ha dicho por activa y por pasiva que perdona a Polanski, todo un ejemplo de compasión por su parte. Y aunque ha exigido una y otra vez que se cierre el caso de una vez por todas, el caso sigue abierto.
Woody Allen: El brillante escritor y director neoyorquino fue acusado por su ex mujer, Mia Farrow, de abusar sexualmente de su hija de seis años, Soon Yi Previn (actualmente esposa de Allen). Farrow vendió miles de libros con esta historia pero con el paso de los años, no por truculenta, los hechos parecen haberse ido aclarando un poco matizando algunas cuestiones, como que Soon Yi no era la hija adoptiva de Woody Allen (lo era de Mía Farrow y su anterior pareja, André Previn). En cualquier caso la batalla judicial ocupó decenas de titulares y mantuvo en vilo a medio mundo por una rocambolesca historia más propia de una película de Woody Allen que de la vida real. Hace tres años, también otra hija de Mia Farrow, Dylan, acusó al director de abusar sexualmente de ella.