Enganchados a la muerte ha sido el último y malogrado intento por reinventar una película en este caso, bastante deficiente en origen. No obstante y pese a la creencia popular no todas las nuevas versiones han sido malas.
1. Ben-Hur (William Willer, 1959)
No era la primera vez que la novela de Lewis Wallace era llevada al cine. En 1925 el director Fred Niblo llevó a la gran pantalla este mítico pelplum de ribetes católicos. Fue una versión muda que pese a su esfuerzo está muy lejos de la épica y la entereza forma y épica de la película de Willer. Aún hoy, el film de 1959 sigue siendo inimitable.
2. La cosa (John Carpenter, 1982)
Esta obra maestra está inspirada en otro clásico, producido y dirigido en la sombra por Howard Hawks (director de películas como Los caballeros las prefieren rubias o Hatari) titulado El enigma de otro mundo. El film de Carpenter puso el acento en la herencia lovecraftiana que tenía la historia original de John W. Campbell en la que se basan ambas películas y de paso le metió un tiro por la escuadra a un clásico imbatible como Hawks.
3. La mosca (David Cronenberg, 1986)
El film original de 1958 protagonizado por Vincent Price era el típico y simpático título de serie B concebido para pasar un entretenido rato de terror disparatado. La película de Cronenberg en cambio resultó ser una experiencia verdaderamente traumática. Aún hoy día hay quien no concibe una película como La mosca de Cronenberg, una de las propuestas que mejor condensaban la mayoría de las obsesiones corporales de su director.
4. El cabo del miedo (Martin Scorsese, 1991)
Por más que el film original viniera protagonizado por dos leyendas del calibre de Gregory Peck y Robert Mitchum la película no dejaba de estar dirigida por un realizar espabilado pero siembre en la segunda fila, J. Lee Thompson. Scorsese en cambio llevó la historia a su terreno y la convirtió en una cinéfila barraca de feria repleta de intereses personales y guiños cinematográficos. Con sus defectos, que los tiene, mucho mejor que la película original.
5. Casino Royale (Martin Campbell, 2006)
Sin ser el mejor Bond de la historia (en realidad no creo que haya una sola película del agente 007 realmente redonda) la primera aventura del agente secreto más famoso del mundo bajo los rasgos de Daniel Craig dignificaba, con mucho, la novela original de Ian Fleming aunque se pareciera en el título y en poco más. La versión del mismo relato que se rodó en 1967 no fue más que un absurdo divertimento que solo pretendía reírse de James Bond con resultados desiguales. Sin duda en su apariencia final tuvo que ver que en la dirección de la película metiera la mano tanta gente y tan dispar como Ken Hughes, John Huston, Joseph McGrath, Robert Parrish y Richard Talmadge por no hablar de una decena de guionistas entre los que figuraron nombres tan ilustres como Billy Wilder o Woody Allen.