Una historia de corrupción cotidiana. Lo cuenta el evangelio de Lucas, a través de la figura del administrador que desperdicia los bienes del amo y que, una vez descubierto, en vez de encontrar un trabajo honrado sigue robando con la complicidad de otros: "una verdadera estructura de corrupción", la define el Papa en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta.
"Son poderosos estos, ¡eh! Cuando hacen las estructuras de corrupción son poderosos: por eso llegan incluso a actitudes mafiosas. Esta es la historia".
"Pero no es un cuento, no es una historia que haya que buscar en los libros de historia antigua: la encontramos todos los días en los diarios, todos los días".
"Sucede hoy también, sobre todo con quienes tienen la responsabilidad de administrar los bienes del pueblo, no sus propios bienes, porque este era administrador de los bienes de otros, no de los propios. Con los propios bienes, nadie es corrupto, los defiende".
La consecuencia que Jesús saca de este Evangelio, observa el Papa, es precisamente la mayor astucia de los "hijos de este mundo" respecto a los hijos de la luz: su mayor corrupción, su astucia llevada "incluso con cortesía", con "guantes de seda".
Pero ¿existe, se pregunta el Papa, una "astucia cristiana?". "Estos son más astutos que los cristianos –pero no diré cristianos, porque muchos corruptos se llaman cristianos".
Sí, hay una "astucia cristiana para seguir adelante sin caer en las estructuras de la corrupción".
Y en el Evangelio, explica el Papa, Jesús lo indica con algunas contraposiciones, cuando habla por ejemplo de los cristianos que son como "corderos en medio de lobos" o "prudentes como serpientes y sencillos como palomas".
"¿Entonces cómo hacer? Con tres actitudes", indica Francisco.
1. Una sana desconfianza
"La primera es una "sana desconfianza", estar atentos a todo el que "promete demasiado" y "habla demasiado" como "los que te dicen ‘Haz la inversión en mi banco y te daré doble interés’".
2. Reflexión
"La segunda actitud es la reflexión, ante las seducciones del diablo que conoce nuestras debilidades".
3. Oración
Y finalmente, la oración.
"Pidamos hoy al Señor que nos dé esta gracia de ser astutos, cristianos astutos, tener esta astucia cristiana. Si hay algo que el cristiano no puede permitirse es ser ingenuo".
"Como cristianos tenemos un tesoro dentro: el tesoro que es el Espíritu Santo. Debemos custodiarlo. Y un ingenuo allí, se deja robar el Espíritu. Un cristiano no puede permitirse ser ingenuo".
"Pidamos esta gracia de la astucia cristiana. Es también una buena ocasión para rezar por los corruptos. Se habla de smog que causa contaminación, pero hay también un smog de corrupción en la sociedad. Pidamos por los corruptos: pobres, que encuentren la salida de esa cárcel en la que quisieron entrar".