Dos hermanos ayudaron a una pareja de ancianos a pasar rato agradable en el béisbol. No sabían que él atravesaba un momento especial.Lauren Hinkston acudió con su esposo a ver un partido de los Cubs de Chicago. “Cualquiera que haya ido a las gradas sabe que incluso en un buen día, navegar entre los asientos de las gradas puede ser muy complicado”, comentó.
Una pareja de ancianos pasó cerca de ellos en busca de sus localidades. Le explicaron que tenían boletos de temporada justo tras el home; pero se dieron cuenta de que sus entradas para las finales estaban situadas en medio de las gradas. Al llegar al sitio que les correspondía, justo delante de ellos había dos hombres que eran hermanos: uno vivía en Chicago y el otro se había desplazado desde San Diego.
Los hermanos vieron que el anciano se desplazaba con dificultad y le ayudaron en el recorrido por los distintos escalones. Lauren observó cómo aquellos se preocupaban por el anciano sentado tras ellos: “Durante el juego lo ayudaron a ponerse de pie cuando la multitud lo hacía también, y uno de los hermanos permanecía algunas veces sentado para que el anciano pudiera ver el juego”, recordó ella.
Lauren estaba conmovida al ver cómo la pareja disfrutaba el juego: estaban tomados de la mano, él palmeaba la rodilla de su esposa y ella le ayudaba a ponerse de pie cuando había alguna jugada emocionante.
En la tercera parte del partido, la esposa del anciano se acercó a Lauren y le comentó:“Él está atravesando quimioterapia justo ahora. Hemos intentado todo lo posible y estos son los últimos pasos” .
Apenas dijo esto cuando el anciano se volvió hacia su esposa y le dijo feliz: “¡Me encanta esto!”.
Lauren se emocionó y decidió compartir su experiencia en público, ya que quedó impactada por el amor que la pareja de ancianos se tenía entre sí, lo mucho que disfrutaban sus últimos días juntos, y la amabilidad de un par de extraños que ni siquiera estaban enterados de la condición y enfermedad del hombre.
Al finalizar el juego los hermanos ayudaron al anciano a subir las escaleras antes de despedirse. “¡Abracé al par de hermanos y les agradecí infinitamente su generosidad!”, dijo Lauren. “Con todo lo malo que cada día sucede en el mundo, sentí que esta era una historia que debía ser contada”.