Si ayudas a un pobre seguramente no podrá devolverte el favor. Entonces, esa persona que pasa necesidad habrá logrado despertar en ti un amor desinteresado, arrancarte una obra de caridad. ¡Qué lástima que no ayudemos a los pobres más a menudo! ¡Cristo está en ellos!
Aquí tienes una oración, publicada por Radio María, para pedirle poder recibirle cuando se nos presenta a través de un forastero, un enfermo, un preso,... un pobre.
Estás hambriento...
...y no te doy de comer.
Estás sediento...
...y no te doy de beber.
Eres forastero...
...y no te hospedo.
Estás enfermo...
... y no te visito.
Estás en la cárcel...
... y no voy a verte.
Estás hambriento de amor,
sediento de cariño.
Forastero de corazones,
enfermo de tristezas,
en la cárcel de la depresión,
de la desilusión...
Te haces presente en el más "insignificante" para el mundo,
pero el más significativo para ti.
Señor, Ayúdame a verte, a saciar tu hambre, tu sed,
con mi resequedad, con la miseia que poseo,
ayúdame Señor.
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven