Fatiga, tripa hinchada, náuseas, diarrea, picores, inflamación de las articulaciones, flatulencia son algunas de las reacciones del cuerpo a la intolerancia o la alergia a algún alimento Las intolerancias y alergias alimentarias pueden confundirse porque los síntomas son similares, pero se trata de dos afecciones diferentes.
Las intolerancias alimentarias, a la lactosa, al gluten o a otros alimentos, se manifiestan con síntomas de malestar como diarrea, picor, eccemas, etc pero las alergias alimentarias superan el estadio de un “me encuentro mal”, y pueden ocasionar reacciones muy graves como un shock anafiláctico.
La intolerancia o alergia alimentaria es una reacción de hipersensibilidad del organismo a determinados alimentos y aparece después de consumir un alimento, un derivado o un aditivo.
La reacción también se puede producir por el contacto con la piel o por inhalación.
Se puede desencadenar en cualquier momento aunque es más frecuente en niños.
Sin embargo, los datos epidemiológicos indican que cada año se incrementa el número de casos en todos los grupos de edad y no sólo en relación a la cuestión alimentaria sino también a alergias ambientales, a productos como el látex, a picaduras de insectos, etc.
En relación a la intolerancia o alergia a uno o más alimentos se ha establecido una clasificación que contempla dos grandes categorías según sea la intensidad o gravedad de los síntomas:
- Leves o moderadas que se asocian a la intolerancia y se presentan con erupciones, urticaria, inflamación, picor, lagrimeo, enrojecimiento ocular, irritación nasal, tos, dolor abdominal, diarrea, vómitos, sangre en heces
- Graves nos indican una alergia provocando síntomas como dificultad respiratoria, asma, hipotensión, opresión torácica, palpitaciones o mareo. La situación de mayor gravedad es el choque anafiláctico o anafilaxia que provoca una afectación cardiovascular y conlleva un alto riesgo de muerte.
Una persona con una alergia alimentaria debe evitar el alimento y llevar encima un auto-inyectable de adrenalina (o epinefrina).
Los alimentos más “alérgicos”
Un estudio de la Dra. Gupta de la Universidad de Northwestern en EEUU indica que la alergia alimentaria más común entre los adultos es a los mariscos; seguida de la alergia al cacahuate, legumbres, frutas y frutos secos.
En cuanto a los niños, éstos desarrollan más alergias a los alimentos de origen aninal como la leche de vaca, huevo o pescados y mariscos.
En el caso de los niños, en el 80% de los casos, la alergia a la leche suele superarse a partir de los 3 años.
- Huevos
- Leche
- Frutos con cáscara
- Crustáceos
- Pescado
- Cacahuetes
- Cereales con gluten
- Altramuces
- Apio
- Granos de sésamo
- Moluscos
- Mostaza
- Soja
- Conservantes como dióxido de azufre, sulfitos
Algunos alimentos que contienen, por ejemplo, huevo y que están presentes en la dieta diaria son la mayonesa, los merengues, los macarrones, los malvaviscos, los turrones, las pastas, el pan, las galletas, los barquillos, los alimentos apanados, las cremas y los pasteles de carne.
La leche de vaca es otro de los alimentos estrella en la lista de “alérgicos” al tratarse de un componente habitual en multitud de alimentos procesados y de consumo diario.
Comedores escolares
En el comedor del colegio, en celebraciones familiares, fiestas de cumpleaños o excursiones son situaciones cotidianas de riesgo a las que se enfrentan uno de cada 25 niños en etapa escolar.
Sentirse diferentes y, sobre todo, tener que afrontar diariamente una limitación es una cuestión de gran relevancia para poder hacer frente a la auto-responsabilidad para evitar las consecuencias que conlleva el hecho de ser alérgico/a.
La alergia es una enfermedad frecuente y la mayor parte de los centros educativos no están preparados para garantizar la seguridad de los menores.
Por este motivo, diversas asociaciones de pacientes y sociedades médicas han dedicado esfuerzos a desarrollar programas educativos y preventivos para que niños y padres estén informados y se evite la ingesta de los alimentos “prohibidos”, aprendan a leer las etiquetas de los productos y, en caso de haber ingerido algún alimentos de manera accidental, sepan reconocer los síntomas para actuar con celeridad.
Actualmente, todos los bares, restaurantes, cafeterías, comedores escolares, etc tienen la obligación de informar a sus consumidores de los productos alérgenos que pueden contener la comida que sirven.
Por supuesto, esta normativa también se aplica a todos los comercios donde se venden bocadillos, pan, dulces, fiambres, alimentos a granel, platos preparados o fast food.
Algunos establecimientos han optado por soluciones creativas poniendo símbolos o números en los menús que corresponden a los ingredientes.
En los comercios es más frecuente ver cartelitos en lugares visibles informando de que los alimentos pueden contener ingredientes alérgenos.
Últimamente, también se ha implantado la modalidad de los códigos QR aunque no parece la opción más fácil.