¿Cómo es la vida democrática en la Argentina?Mientras a un lado de los Andes, en Chile, Sebastián Piñera se reunía con Michelle Bachelet para pautar con absoluta cordialidad y respeto una vez más la transición presidencial entre políticos de distintos bandos… del otro lado de la Cordillera, en la Argentina, diputados de la Nación se insultaban a viva voz antes de tratar una modificación en el sistema previsional.
En la Plaza del Congreso de la Nación varios cientos, identificados en algunos casos como militantes partidarios, arrojaban piedras y algunos artefactos de fuego caseros contra una minúscula resistencia policial. Otros no preparados para la violencia se retiraron pese a haber ido hasta la entrada del parlamento a expresar en su derecho su rechazo a una propuesta.
Fueron cerca de 9 horas de enfrentamientos intermitentes, con escenas de conflicto que se creían de otra época. Al finalizar la jornada se contabilizaban más de 88 policías heridos, y más de 60 detenidos. Según el ministerio de salud de la Ciudad se atendieron 162 personas heridas o con problemas relacionados con los incidentes. Y calles y veredas destrozadas tras haber sido de alimento para quienes buscaban piedras para arrojar.
Luego, por la noche, hubo convocatoria a cacerolazos, y ante piedrazos contra quienes protegían el parlamento, nuevamente, movimientos de disipación por parte de las fuerzas de seguridad con balas de goma y otros artilugios.
Dentro del Parlamento, el debate llevó más de 17 horas de tratamiento, y por momentos agravios y formas muy cuestionables, como gritos, interrupciones permanentes, e insultos.
Según expresa el gobierno, los cambios en el sistema previsional son garantía para que esta generación y las que vienen puedan cobrar lo debido. Para quienes se oponen, supondrá un recorte en la asignación que reciben los jubilados.
En la práctica, lo que cambiará será el índice por el cual se ajustarán las jubilaciones: antes se venía realizando con la evolución salarial y los recursos del Anses (organismo oficial previsional) y la propuesta ahora es tener en cuenta el índice de precios y la evolución salarial.
Lo que parece una discusión técnica, diputados discutieron por semanas con vehemencia y virulencia, y eso se trasladó a las calles, donde muy pocos podrían explicar en qué consiste la reforma. El mismo gobierno admitió en reiteradas ocasiones haber explicado muy mal a la ciudadanía en qué consistía su propuesta.
Finalmente, el proyecto de ley fue aprobado por 128 votos a favor contra 116 votos en contra. En las calles quedó el testimonio de una jornada de furia. No pocos en las redes sociales y en medios de comunicación denuncian que la violencia fue movilizada adrede para desestabilizar el Estado. Aunque esta sospecha no anula la legitima oposición que cualquiera pueden tener ante una reforma tan importante.
De cualquier manera, el contraste con los modos en los que la discusión política se da al otro lado de los Andes es abismal, y no deja de llamar a un serio replanteo sobre la calidad de la vida democrática argentina.