Una pareja que irradia tanto felicidad como posibilidad de cambiosHoy el palacio de Kensington reveló, primero, dos imágenes oficiales del compromiso del príncipe Harry y Meghan Markle tras casi un mes de realizar el anuncio oficial a la prensa. Las imágenes -capturadas por el reconocido fotógrafo de celebridades Alexi Lubomirski, asistente de Mario Testino, quien tomó muchas de las fotos de Diana- no tienen nada que ver con las de William y Kate.
Los retratos de los Duques de Cambridge fueron mucho más formales, posados y medidos; mientras que la nueva pareja real prefirió hacerlo al aire libre, más naturales y mostrando su genuina felicidad por esta nueva etapa juntos (hasta mostrando sus arruguitas de los ojos de tanto sonreír, por qué no).
Pero dos horas después de que el palacio mostrara esas dos imágenes en simultáneo como lo indica el protocolo: una formal (la de ellos mirando a la cámara) y otra casual (donde ella lo toma del rostro para mostrar su anillo de compromiso), lanzaron una tercera diciendo que para agradecer el cariño de la gente, tanto Harry como Meghan habían querido compartir directamente una más del día de la sesión, algo nada usual. En esa tercera foto se puede apreciar más del lugar, Frogmore House, que es una residencia real privada dentro de los terrenos de castillo de Windsor, así como el vestido de Meghan.
Interesante que no se trata de un diseño único o súper nuevo, aunque sí es de una importante firma británica de lujo y alta costura como lo es Ralph & Russo. La pieza es de la colección Otoño-Invierno del año pasado y, según confirmó el propio palacio, fue adquirido de forma privada.
Con las plumas y transparencias, sin duda, Meghan está dando un claro mensaje que quiere ser una princesa moderna y nada rígida (miren también su cabello suelto), rompiendo también un poco con los típicos vestidos y trajes conservadores de este tipo de retratos, sobre todo considerando que una de las “reglas de etiqueta” es que ninguna mujer de la familia real debe mostrar sus hombros en un evento público (aunque no es la primera mujer que rompe esta regla).
Bueno, si algo está demostrando Meghan es que ella llegó para romper ciertas reglas (en el buen sentido), dándole un interesante futuro a la realeza británica y demostrando que se pueden conservar los valores fundamentales (amor, familia, etc) sin necesidad de sacrificar la capacidad de evolucionar y crecer junto a las nuevas necesidades que el mundo moderno nos plantea.