La vocación a amar es algo maravilloso…“Pedid con frecuencia en la oración la ayuda de la Virgen María y de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron”.
Esta es una exhortación de una homilía del papa Benedicto XVI en el Encuentro Mundial de las Familias de 2012. Es digna de una segunda lectura.
Rezad por la gracia, nos dice, para aprender —no a hacer grandes cosas o lograr planes perfectos— sino a recibir el amor de Dios.
Simple, pero transformador.
Luego continuó: “Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el cosmos, el mundo”.
El Papa también describió algunos “caminos para crecer en el amor”:
— mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial
— cultivar el diálogo
— respetar el punto de vista del otro
— estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás
— saber perdonar y pedir perdón
— superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos
— acordar las orientaciones educativas
— estar abiertos a las demás familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil.
“Todos estos elementos construyen la familia. Vividlos con valentía, con la seguridad de que en la medida en que viváis el amor recíproco y hacia todos, con la ayuda de la gracia divina, os convertiréis en evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica”.
Lee la homilía completa aquí.