Los cortos animados de TED-Ed son rápidas lecciones llenas de detalles fascinantesTED-Ed ha producido este maravilloso vídeo animado donde se narra un día en la vida de un adolescente de la Antigua Roma. Esta lección ha sido escrita y narrada por Ray Laurence, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Macquarie, quien también ha realizado otro vídeo para TED-Ed que se centra en las chicas adolescentes de la Antigua Roma.
En el vídeo seguimos a Lucius Popidius Secundus, un chico que no pertenece a una familia pobre, pero sí vive en un vecindario humilde que se llama Subura, cerca del centro de Roma. Las casas se encuentran abarrotadas y los fuegos en las viviendas son algo normal. Lucius, un chico de 17 años que vive en Roma en el año 73 A. D., está a punto de terminar sus estudios. Ha aprendido a leer y a escribir en latín y griego, así como oratoria y matemáticas. Su padre se ha preocupado por su educación física, y le ha enseñado a correr, nadar y algunas técnicas de combate básicas.
Con 17 años, Lucius ha alcanzado una edad que la mitad de la población en la Antigua Roma no alcanza. Es lo suficientemente mayor para unirse al ejército como oficial, pero hay varios aspectos de la sociedad en los que todavía no se considera adulto. En la Antigua Roma, a los hombres jóvenes no se les confían las cuestiones en materia de negocios hasta que cumplen los 25 años. Hasta que llega ese momento, es el paterfamilias, o el cabeza de familia, el que toma las decisiones.
Tampoco puede decidir con quién se casará: su padre escogerá a una esposa adecuada perteneciente a otra familia en la misma posición que ellos, y puede que elija a una chica hasta 10 años menor que Lucius. Aunque el matrimonio se planifique con antelación, la ceremonia tiene lugar cuando ambos niños tienen la edad suficiente. Sin embargo, la edad de consentimiento legal para el matrimonio es de 12 años para las chicas.
Entre las actividades diarias de Lucius se encuentra visitar el Foro de Augusto, donde las familias van para visitar las estatuas de los héroes romanos y para escuchar las glorias pasadas, visitar las termas para lavarse, recibir masajes y cubrirse con aceites y pasear por el bazar para realizar alguna compra.
El día termina con la cena, cuando los miembros de la familia se recuestan alrededor de una mesa baja y son atendidos por los esclavos. Los romanos bebían vino en exceso y a menudo vomitaban para poder volver a la fiesta y beber más.