Es común que algunos padres se preocupen cuando sus hijos están por llegar a la adolescencia.Erróneamente se tiende a limitar el periodo de la adolescencia a un constante conflicto; si se detuvieran un momento a pensar en cada momento del desarrollo que han tenido los hijos, descubrirían con asombro que en todas, hay situaciones conflictivas que han afrontado han tenido que superar adversidades y conflictos. A esto se le llama crecimiento.
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Que la adolescencia de los hijos transcurra tranquila, depende mucho de los padres.
En lugar de enfatizar la preocupación que se está viviendo una etapa difícil es más constructivo ocuparse en hacerles ver y sentir que los cambios que están experimentando son parte del crecimiento de todas las personas.
Así, en lugar de avergonzarse es importante que se sientan orgullosos y felices porque pronto serán adultos. El sueño de todo niño es ser “grande”.
Calma y diálogo
En todas las etapas, pero en especial durante la adolescencia, es básico que la comunicación entre padres e hijos sea abierta. Potenciar la escucha y los comentarios positivos para ir sembrando un clima de confianza y estima.
La mayoría de los padres se atemorizan cuando ven que sus hijos pasan de un niño dócil a un adolescente rebelde, que siempre anda de mal humor y se resiste a seguir las reglas paternas. Ante esta situación, tienden a ser más estrictos, presionando a los adolescentes para que se apeguen a las normas, y esperan que se conviertan en adultos rápidamente.
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Las claves del éxito están más bien en la flexibilidad y en la calma, sin por ello perder la proa de los propios objetivos.
Pero no siempre los desacuerdos entre padres e hijos son perjudiciales, a veces pueden tener un efecto positivo dentro del desarrollo, ya que estas disputas y negociaciones facilitan que los adolescentes pasen de depender de sus padres a ser autónomos.
Cuando los adolescentes manifiestan desacuerdo a sus padres, es más viable que adquieran herramientas para avanzar hacia la autonomía, ya que tras el conflicto viene la negociación. El perfil de padres más eficaz en esta situación es la del padre democrático, que sabe escuchar, motivar y persuadir.
Ante los padres autocráticos el adolescente ni siquiera se atreve a manifestar su desacuerdo, porque está acostumbrado a aceptar todo lo que el padre le diga o a buscar otras alternativas sin evidenciar el desacuerdo para evitar tensiones y consecuencias negativas.
La adolescencia es una etapa significativa en la vida del ser humano dado que se define e integra la personalidad del individuo. Es precisamente en esta etapa cuando se dan los cambios que tienden a ser permanentes, ya que el crecimiento dura toda la vida, pero de aquí se parte para la etapa adulta.
La influencia de los padres en los adolescentes es decisiva para afrontar esta etapa sanamente obteniendo el mayor número de resultados positivos, porque a través del estilo paternal que ejerza es como ayudará al adolescente a pasar a la siguiente etapa, creciendo siempre en responsabilidad y autonomía.