Como dice el dicho, “la familia que reza unida, permanece unida”.El venerable Patrick Peyton fue conocido durante su vida por promover la oración en familia con la frase “la familia que reza unida, permanece unida”. Es una verdad básica que ha sido confirmada por un sinnúmero de familias a lo largo de los siglos.
Ha habido muchas familias a lo largo de la historia que progresaron juntas en santidad. Normalmente, son los padres quienes lideraron el camino hacia la santidad y luego, al criar a sus hijos, transmitieron lo aprendido. Aquí tenéis tres familias de este estilo (aunque hay muchas más que podrían ser incluidas), que imitaron a la Sagrada Familia al crear un hogar en el que la oración y la virtud eran práctica diaria.
Santos Mario, Marta, Audifax y Abaco
Una familia que vivió a finales del siglo III, estos cristianos fueron perseguidos a causa de su fe durante el reinado del emperador Aureliano. Según la tradición, la familia cuidaba de los cuerpos de los mártires cristianos y los enterraba. Esto llamó la atención de las autoridades romanas locales, quienes hicieron de ellos mártires también.
Santos Gregorio el Viejo, Nonna, Gorgonia, Gregorio el Teólogo y Cesáreo de Nacianzo
En el siglo IV, Gregorio el Viejo fue convencido para convertirse al cristianismo por su esposa Nonna. Gregorio terminó por ordenarse sacerdote y obispo de Nacianzo. Su hija, Gorgonia, se casó y tuvo siete hijos y su santidad fue conocida por todos. Otro de sus hijos, Cesáreo, se convirtió en un prominente médico y político, pero abandonó la corte real a causa de su fe. Gregorio el Joven o el Nacianceno es el más conocido de la familia, ya que se convirtió en un influyente Patriarca de Constantinopla y más tarde fue nombrado Doctor de la Iglesia.
Santos Edwino de Northumbria, Etelburga de Kent, Enfleda de Whitby
Esta familia del siglo VII del norte de Inglaterra empezó siendo pagana. Edwino fue el rey de Northumbria y más tarde fue convertido al cristianismo por el misionero san Paulino de York, que llegó a Northumbria con Etelburga cuando ella había de casarse con Edwino. El rey Edwino se esforzó en introducir el cristianismo en la región. Etelburga, después de que su marido muriera en batalla contra un rey pagano, estableció un convento benedictino que también dirigió hasta su muerte. Su hija Enfleda se casó más adelante y tuvo varios hijos. Después de la muerte de su marido, vivió en un convento en Whitby y luego se convirtió en abadesa.