Una historia de expulsión que condensa miles másLa familia de Jorge García Martínez, su esposa Cindy y dos hijos, quieren contar la historia. Con calma. Devastados y tristes, pero quieren que se sepa lo que está pasando, lo que pasó con su marido y padre, quien después de 30 años de vivir en Estados Unidos, fue deportado a México esta semana.
García Martínez, de 39 años de edad, vivía en Lincoln Park, un suburbio de Detroit, la capital de la industria automotriz estadounidense, en el norteño Estado de Michigan. Era un buen jardinero, se dedicaba a la arquitectura de paisaje. Y no tenía antecedentes penales. Su único “crimen” era haber llegado hace tres décadas de la manos de sus padres a Estados Unidos, y ser “ilegal”.
Su expulsión a México, de donde es originario, había sido pospuesta desde hace más de doce años. Pero ahora ya no hay posposición. La Oficina del Servicio de Inmigración y Aduanas, el ICE, lo escoltó el pasado lunes 15 de enero hasta el Aeropuerto Metropolitano de Detroit.
La fotografía ha recorrido buena parte de los periódicos de América: Jorge, Cindy y sus dos hijos abrazados en la puerta de la sala de embarque, con un agente del ICE custodiándolo, discretamente, en la parte trasera de la escena. Una escena que se está volviendo común. Los padres que tienen que irse de Estados Unidos, dejando a su mujer –en este caso Cindy, quien es ciudadana estadounidense—y a sus hijos (que también lo son).
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Cindy García dijo el pasado martes, en una entrevista telefónica reproducida por The New York Times: “Estamos devastados. Estamos tristes, estamos deprimidos (…) Estamos tratando de ser fuertes, de calmarnos y contar nuestra historia”. También contó que su esposo, en 2005, trató de solicitar su residencia, pero la abogada que contrataron para ese trámite, “era incompetente y presentó la documentación equivocada”.
Ciertamente, este proceso no es fácil. Y por ello hay 11.7 millones de inmigrantes que, como García, se encuentran en la cuerda floja, absolutamente aterrados de que un día cualquiera, el ICE llegue a su casa y lo deporte con lo que trae puesto, sin importar que tenga antecedentes y que deje treinta años, mujer, hijos y trabajo desamparados.
Nuevas formas, cero misericordia
La expulsión de García Martínez fue ordenada por un juez de inmigración en 2006, según un comunicado emitido por Khaalid Walls, un vocero del ICE . García apeló el fallo, dijo Walls, y le dijeron que podía salir del país voluntariamente.
“Al no abandonar el país dentro del tiempo estipulado del acuerdo, se convirtió en sujeto de una orden final de expulsión en 2009”, indica el comunicado. “ICE ejerció su discreción en múltiples ocasiones anteriores en el caso de García Martínez en 2011, 2012 y 2014”.
Cindy García dijo que la deportación de su marido había sido pospuesta varias veces durante sus reuniones anuales con funcionarios de inmigración. “Ellos sabían que estábamos tratando de arreglar su estatus”, agregó.
La última tentativa fue que el ICE esperara hasta ver la nueva legislación sobre el DACA, para ver si podía calificar dentro de este programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia que instituyo Obama en 2012. Pero entonces la edad límite para inscribirse en el programa era de 31 años y Jorge García ya tenía 34 años.
La orden del presidente Trump, en septiembre pasado, fue que el Congreso resolviera la finalización del DACA. Y hasta el momento no ha habido una respuesta definitiva. García se había apuntado a ello. Pero no hubo otra prórroga. “El agente (del ICE) nos dijo que debido al nuevo gobierno de Trump, porque él tenía una orden de supervisión y una orden de deportación, tenía que irse”, dijo Cindy García.
En el año fiscal 2017, que terminó el 30 de septiembre, ICE expulsó a 226.119 inmigrantes no autorizados. Esa cifra es casi seis por ciento menor al número deportado en 2016 durante el gobierno de Barack Obama y 45 por ciento menor al de 2012, cuando el anterior gobierno deportó a un número de migrantes sin precedentes: 409.849 personas.
Sin embargo, el número de inmigrantes no autorizados detenidos se ha elevado durante el gobierno de Trump. En el año fiscal 2017, ICE realizó 143.470 arrestos relacionados con inmigración, 30 por ciento más en comparación con 2016.
Mientras tanto, la batalla legal de los “Dreamers”, los que arribaron el su infancia a Estados Unidos, como Jorge García Martínez, continúa. El Papa Francisco les dijo hace un par de meses que “no dejen de soñar” en conseguir la ciudadanía y quedarse en el país al que conocen y en el que se han formado.