Las religiosas carmelitas de Panguipulli salieron indemnes de un incendio criminal gracias a la intervención de un perro llamado RamboEl sábado 20 de enero, en la madrugada, se declaró un fuego en la capilla de la Candelaria, de las hermanas carmelitas próximas a la ciudad de Panguipulli, en la provincia de Calafquén, en el corazón de Chile. Las religiosas, que dormían, se salvaron por la intervención de Rambo, el perro de los vecinos, que se puso a ladrar frenéticamente y despertó así a todo el convento.
Gracias a su intervención, los bomberos llegaron rápidamente al lugar y, con la ayuda de los vecinos despiertos, pudieron impedir que el fuego se extendiera al convento. El incendio, cuyas imágenes se difundieron en las redes sociales, fue impresionante y podría haber sido mortal de no ser por la alerta de Rambo, el héroe del día.
Los incendios provocados, algo habitual
La policía sospecha que se trata de un incendio provocado, que un malhechor habría roto el vitral trasero de la capilla antes de arrojar por ahí una bomba incendiaria. El jefe de los bomberos desplegados en el lugar lamenta que la práctica de estos incendios provocados “se está haciendo algo regular” para los residentes de Panguipulli: “Volvemos a tener una de las capillas más lindas de la zona [esta capilla tenía 80 años de antigüedad, ndlr] reducida a escombros”.
La superiora carmelita María Daniela afirmó en radio Bio Bio que no comprendía la violencia dirigida contra su comunidad: “Somos mujeres de paz. Este es un oasis de paz”. Dirigiéndose a los autores del incendio, les mandó un mensaje personal: “Tienen que ponerse en la presencia de Dios. Es una pena saber que hay gente que se dedica a hacer el mal, porque usted sabe que con el mal el mundo no avanza”.
Una visita y unos incendios
Si el jefe de bomberos inscribe el incendio en el contexto de una especie de práctica local regular es porque este atentado es el cuarto que se ha registrado contra una iglesia en Chile desde la visita del papa Francisco entre el 16 y el 18 de enero. Antes de la llegada del Papa, a modo de manifestación de amenaza, los agresores intentaron incendiar tres lugares de culto en la capital Santiago de Chile. Incluso advertían de una actuación contra la venida del papa Francisco y amenazaron en unos panfletos: “Las próximas bombas serán en tu sotana”.
Además de estas iglesias, los asaltantes atacaron a tres helicópteros antincendios, una escuela y una explotación agrícola, en un periodo de dos semanas. Los autores de los hechos no se han identificado con claridad pero, según sus panfletos, dicen actuar por los derechos de los amerindios mapuches y exigen “la liberación de todos los prisioneros políticos del mundo”.