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Don Óscar Fabricio, el padre-bombero

OSCAR FABRICIO
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Blanca de Ugarte - publicado el 29/01/18
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Sus compañeros de la brigada de bomberos le han apodado “el único”. Y es que ser sacerdote y bombero no es nada frecuente.

Es necesario que lo que se predica se aplique, que no se quede sólo en un sermón, sino en acción. Debemos salir, ver a los enfermos, ayudar a los pobres, dar la mano al que está en la desgracia. Todo eso se hace con el ejemplo. Hay que bajarle al ego, perder el miedo y romper esa barrera. Tratar igual al rico, al chófer o al barrendero.”
Don Óscar Fabricio Martínez Limón, sacerdote y bombero, aplica a diario el refrán: “obras son amores, que no buenas razones”. Es vicario de la iglesia del Espíritu Santo de la Diócesis de Córdoba, Veracruz (México) y al mismo tiempo, miembro del Heroico Cuerpo de Bomberos de su ciudad.
Su vocación de servicio le ha llevado a servir también como bombero a Dios y a los hombres. En 2012 un comandante le invitó a formar parte de su agrupación como miembro de honor y él aceptó con gusto. Después se formó y se equipó para cumplir con esta nueva misión.
Don Óscar Fabricio se dedica a salvar vidas como rescatista pero también como sacerdote pues, tal y como explica en una entrevista para el semanario Desde la fe, “primero soy sacerdote y después bombero”.
Por eso en su equipo de rescate siempre lleva consigo su estola, una botella con agua bendita, óleo para enfermos y  un rosario. De esta manera está también preparado para rezar con el que sufre, confesar al que se lo solicite e impartir la Unción de Enfermos a quien está en estado crítico.
Quiere cumplir con el mandato del papa Francisco de llegar “a las periferias existenciales” de su ciudad. Para ello ha hecho falta romper esquemas pues reconoce haber sufrido la incomprensión tanto de bomberos como de sacerdotes:
“En un principio no le dije nada al Obispo, aunque estaba seguro de que no hacía nada malo. Algunos hermanos sacerdotes sí se espantaron y me desaprobaron, me llamaron loco y adefesio. Con los bomberos pasó lo mismo, aunque fue menos. Con el tiempo me he ganado el respeto y la confianza de mis compañeros y de la gente en general”.
 El “único”
El padre Óscar, apodado por los vecinos como el “Padre-bombero” es una persona muy apreciada en su localidad. Para sus compañeros de brigada es “El único” pues en México no conocen otro como él.
Sin embargo, el padre Óscar, que se inspiró en el padre Francisco J. Krill, fundador del Cuerpo de Bombero al que pertenece, sabía que en otros países hay sacerdotes- bomberos. En Estados Unidos, por ejemplo, algunos ofrecieron su ayuda tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
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