Atrás quedaron los desfiles y los trapos: ahora están en la lucha socialSi algún país ha sido famoso por la belleza de sus mujeres es Venezuela. Gana los concursos, exporta modelos espectaculares, los diseñadores que las visten gozan de prestigio internacional y el planeta entero permanece en vilo cuando una venezolana se asoma a las pasarelas. Dicen que es el resultado de la mezcla entre los genes criollos y europeos, especialmente italianos, españoles, portugueses –migraciones emblemáticas- y hasta libaneses.
En el país petrolero que éramos, donde cualquier gasto era posible y todo precio era barato, cuando disfrutábamos de libertades y de una bonanza que propiciaba el boato y la fatuidad en los escenarios domésticos y foráneos, una hermosa chica de belleza universal y casi irrepetible como Bárbara Palacios era una rareza.
“Barbarita”, como la llaman cariñosamente en Venezuela, fue Miss Universo pero ella no se agotó allí, sino que desarrolló toda una poderosa campaña como militante activa Pro Vida, luchando contra el aborto y el abandono que amenazaba a la niñez venezolana.
Hoy, las misses siguen siendo admiradas por propios y extraños, muy solicitadas en todas partes, abriéndose paso por su capacidad de emprendimiento en distintas áreas. Pero eso no es todo: donde muchos veían frivolidad y vaciedad, ahora hay discursos sólidos, voluntad firme y persistente concurso para proveer por su país.
Organizan recolección de alimentos y medicinas, participan en campañas de denuncia acerca de las violaciones y abusos contra los derechos humanos en Venezuela y varias de ellas son líderes que empujan proyectos, prestan su imagen a causas benéficas, acogen exiliados y hablan por los que no tienen voz.
A estos movimientos se han incorporado, igualmente, animadoras y modelos, algunas de proyección internacional.
Dayana Mendoza (2008), junto a Estefanía Fernández (2009) y María Gabriela Isler (ganadora de los títulos Miss Venezuela 2012 y Miss Universo 2013)**, se han unido a la campaña “Sanando a Venezuela” a través de la cual promocionan la venta de camisetas cuyo producto va directo a mitigar la desnutrición infantil en el país. Inés María Calero (1987) impulsa un movimiento que hasta el 7 de febrero, está enfocado en recolectar ropa para enviarla a los necesitados en el país.
Desirée Rolando, una ex-modelo, animadora de televisión y reina de belleza ganadora del Miss Venezuela 1973, quien se define como: “Miss Venezuela por decisión de otros; locutora por circunstancias; Abogada por inquebrantable convicción”, es una activa tuitera que hace cotidiana la denuncia con énfasis en los derechos humanos.
Son influencers naturales que promueven la toma de conciencia global sobre la tragedia venezolana.
Con 7 coronas en su haber y un record Guinness como el único país en ganar consecutivamente el concurso, la presencia de Venezuela en Miss Universo siempre genera expectativas. Hace seis meses, varias ex Misses Universo venezolanas, coincidieron en asegurar que “Venezuela está en crisis y no es oportuno ahora hablar de concursos como el Miss Universo.” En conversación con The Associated Press, Alicia Machado, Miss Universo 1996, aseguró: “El país está en una desgracia nacional. No estamos para estar celebrando absolutamente nada. El país está fuera de control”.
Maritza Sayalero, casada con un tenista mexicano con quien formó su familia, hoy residente en ese país, en 1979 se convirtió en la primera venezolana en ganar el Miss Universo. Esta fue su opinión: “En estos momentos hay cosas más importantes que un concurso de belleza o una candidata”.
Stefanía Fernández, la hermosa joven que en el 2009 logró la hazaña de ser coronada como Miss Universo por su compatriota Dayana Mendoza, hoy convertida en empresaria, estuvo dentro de la misma línea asegurando que Venezuela “no está para hablar de certámenes de belleza”. Agregó: “La gente no tiene cabeza para pensar en un concurso de belleza, sino en cómo me levanto hoy para tener el pan de cada día”.
En abril del 2017, Bárbara Palacios, Miss Universo 1986, realizó una plegaria pública a Dios por Venezuela. Rezó por el pueblo que estaba en las calles y animó señalado que la fe y la esperanza eran las mejores armas para ganar la “guerra” que se vivía en el país.
Mariela Pérez Branger, perteneciente a los altos círculos sociales venezolanos, fue Miss Venezuela 1967 y primera finalista en el concurso de Miss Universo. Morena elegante y carismática sostuvo un apasionado romance con el actor norteamericano George Hamilton, pero no llegó a casarse con él. Después contrajo nupcias con el rico industrial dominicano Vicini Cabral, en diciembre de 1970.A partir de ese momento reside en República Dominicana desde donde colabora con todo aquello que se le solicita por su país.
Modelos de actualidad, devenidas en animadoras de televisión como Catarina Valentino, no cesan de activar en las redes sociales reclamando derechos y denunciando atropellos. Sin seudónimos, dando la cara con su foto y su nombre en sus respectivos avatares.
Cristal Montañez, Miss Venezuela 1977 lamentó públicamente, con ocasión de la muerte del cantautor venezolano Simón Díaz en 2013, “la posición indiferente del gobierno y la prensa norteamericana frente a lo que sucede en Venezuela”. Cristal contrajo matrimonio con un ejecutivo petrolero y reside en Houston. Creó fundaciones y anima movimientos que protegen a inmigrantes, refugiados y niños en estado de abandono y siempre está lista para apoyar cualquier causa que beneficie a su país y al retorno de la democracia.
El ADN de luchadores y demócratas, pero sobre todo, de solidarios, acogedores y compasivos que cada venezolano lleva en su historial genético, se hace también patente en nuestras figuras más rutilantes, sin importar si el mundo del que vienen y en el que desarrollan su trabajo, se perciba frívolo, superficial o intrascendente. La crisis ha mostrado la verdadera cara de estas mujeres luchadoras