Martina y Pasapalabra: El concurso y la participante de la que todos hablan en ArgentinaNo sólo las redes hablaron de ella. Gran parte de los diarios argentinos, y hasta El País de España le dedicó una nota. ¿Qué tiene un participante de un concurso televisivo que se lleva más de un millón de pesos para ganarse el cariño de una audiencia televisiva y la atención incluso de otros países? La juventud, sencillez y sabiduría de la joven Martina, argentina de 22 años, son los atributos que atraparon la atención de miles que disfrutaron al verla ganar cerca de 70 mil dólares en el “Rosco”, en el marco del programa televisivo Pasapalabra, emitido en la Argentina por Canal 13.
En este juego, recorriendo todas las letras del abecedario, el concursante debe dar la palabra que se ajuste a la definición que lee el animador y que contenga la letra del abecedario en juego. Gana el premio acumulado si logra antes del límite del tiempo poder dar las 25 palabras correctas. Si no lo logra, pero obtiene más palabras correctas que el otro concursante, vuelve al programa siguiente.
Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, Martina se mostró siempre muy tranquila durante los diez programas a los que asistió, y en los que ya había estado cerca de llevarse el premio mayor. Como después confesó en las múltiples entrevistas periodísticas que dio, su trabajo de editora literaria la ayudó durante los últimos años a adquirir mucho vocabulario y poder sortear las dificultades del juego. Sin embargo, pese a que evidentemente a menos que los nervios la traicionasen el premio iba a estar siempre cerca por todo lo que sabía, nunca dejó de traslucir en su sabiduría humildad.
Toda su concentración voló por los aires tras la última palabra bien respondida, que fue suspicaz. La emoción la embargó a ella y a todos los que la rodeaban. De su boca, de la que habían salido 25 respuestas correctas, y parecía que podrían haber salido otras 25 más, lo único que pudo salir durante los festejos y ante el abrazo del conductor fue: “Aguante Racing”, el club de fútbol de sus amores.
No es la primera vez que Martina se luce en un programa televisivo por sus conocimientos. Ya lo había hecho de niña, y había ganado electrodomésticos que llevó a su hogar. En esta ocasión, hará algo parecido: ayudará a su familia, que según dijo, la “bancó desde chica”, y vive, como ella misma definió, “en un barrio humilde, de laburantes”. Fueron ellos los que la convencieron de que se anote para participar, y los que la ayudaron a guardar el secreto durante varios días entre la grabación del programa y la emisión.
La fama de Martina probablemente sea pasajera; ella lo sabe y lo reconoce. Pero bien vale posar la atención al menos por un tiempo en aquellos que con esfuerzo y humanidad inspiran a otros trascendiendo la espectacularización televisiva: “Hay mucha gente de mi edad desanimada, sin trabajo, que piensa que cualquiera te pasa por encima. Y lo mío sirvió para que se le dé más valor al estudio, al esfuerzo, a saber que se puede. Me llegaron muchos mensajes de ese estilo, agradeciéndome eso”, expresó al diario Clarín Martina, quien actualmente además de trabajar en una editorial está realizando un posgrado en estudios literarios.