Preocupa no sólo la dificultad económica, sino la pobreza en sentido moral y espiritual de los jóvenes del continenteBajo el lema “Iglesias jóvenes, alegría y esperanza” hoy domingo 4 de marzo se celebra –por parte de la Iglesia española—el Día de Hispanoamérica 2018. Un día especial que recuerda la experiencia misionera española que creó, desde los albores del siglo XVI, la población católica mayoritaria del mundo, la población hispanoamericana.
Este lema, es una llamada a los jóvenes “a salir para lanzarse sin miedo a la misión” en una región mayoritariamente joven del más joven de todos los continentes.
Se trata de una jornada misionera organizada (desde la década de los cincuenta del siglo pasado) por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias de la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Este año, enlaza, en su contenido y en su mensaje con la preparación de toda la Iglesia universal al próximo e importante Sínodo sobre los jóvenes convocado para el mes de octubre de este año.
El Día de Hispanoamérica recuerda a los misioneros españoles en el continente americano e invita a colaborar con ellos a través de la oración y de la ayuda económica. El año pasado (2017) se recaudó en las iglesias españolas un total 64.101,12 euros, según se desprende del anuncio hecho por la CEE.
Actualmente, según las cifras de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCHSA) de España, hay unos 9,000 misioneros españoles en Hispanoamérica, de los que unos 1,000 son sacerdotes diocesanos de la propia OCSHA.
En su mensaje, el presidente de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), el cardenal canadiense Marc Oullet, reconoce que la Iglesia en América Latina está llamada a ver en los jóvenes de hoy un nuevo “rostro de la pobreza” que debe ser atendido “con gran sentido de urgencia”.
Ouellet recuerda que así lo señalaron los obispos en la Conferencia de Aparecida, celebrada, con la presencia del papa Benedicto XVI y con la batuta del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio en mayo de 2007 en Brasil. Y recuerda que “más que las pobrezas de índole material, como aquellas derivadas de la marginación y de la violencia, han de pesar las pobrezas espirituales y morales, muchas veces más nefastas que las anteriores”.
Profundizando en el mensaje misionero de la Jornada, el purpurado canadiense subraya que, “en vista de este reto, la Iglesia necesita hoy transformarse. Especialmente en referencia al anuncio del Evangelio a los jóvenes, se debe continuar el proceso de ‘conversión pastoral’, para que los métodos, las formas y el lenguaje se adapten siempre mejor a la nueva realidad y sean un conducto adecuado para que la semilla del Evangelio encuentre un terreno adecuado y eche raíces profundas”.
La semilla misionera en el continente fue sembrada con raíces profundas, al grado tal que, según la última estimación del Pew Research Center (realizada en 2014), 69 por ciento de la población adulta del continente se reconoce como católica.
De acuerdo a un estudio publicado en 2018 por la Corporación Latinobarómetro, los países donde más del 50 por ciento de su población se declaran católicos son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, y Venezuela.
Sin embargo, en Chile y Uruguay, se evidencia un proceso de secularización acentuado ya que el porcentaje de personas que se declaran ateas, agnósticas o sin religión alcanza aproximadamente a 40 por ciento. Al mismo tiempo, países donde menos de 50 por ciento son católicos, pero más de 40 por ciento se declaran evangélicos son: Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Y son los jóvenes, los que, en mayor medida, están dejando “secar” la semilla del catolicismo. Por ello, el “sentido de urgencia” a la Iglesia católica que señala, en su mensaje, el cardenal Ouellet. Y también por ello la próxima Jornada Mundial de la Juventud se habrá de celebrar en Panamá.