Mostrar presencia y dar valor a los sentimientos hace que la fase de descubrimientos del primer noviazgo se atraviese con más facilidad y colabore con el desarrollo del adolescente Está creciendo y de repente te empiezas a dar cuenta que tu hijo(a) está alimentando un sentimiento mayor hacia otra persona y está sintiéndose correspondido(a). Tal vez la situación te asuste. Pero un hogar donde la afectividad es valorada desde temprano y los sentimientos se demuestran, esa cuestión puede ser mejor comprendida y atravesada por todos.
La psicóloga Adriana Potexki explica que hoy, por ejemplo, el periodo de adolescencia comprende entre los 10 a los 25 años y un niño de 11 años no está preparado para tener una relación.
“El adolescente incluso de 13, 14 o 15 años no está maduro. Y una persona con 25 años ya se entiende que sea lo suficientemente madura”, comenta. Cabe al padre entonces, comprender a su hijo: más importante que la edad cronológica es entender cómo está su desarrollo.
Para hablar sobre relaciones con tu hijo(a), no necesitas esperar señales. Desde pequeño, aún en preescolar, es importante dar nociones de que querer a alguien es un sentimiento bonito, pero tiene su tiempo y exige responsabilidades y límites. El niño(a) debe entender que a veces querer a un amiguito(a) es algo bueno y normal, pero decir a los 7 u 8 años que es su novio(a) es peligroso.
“Los padres pueden decir algo como: ‘Qué bien que te guste. Es un gran sentimiento. Pero eso que me dices es para el futuro, para cuando sean más grandes’ Cuando él o ella comprenda cómo son los sentimientos, ahí se puede charlar”, comenta Adriana. Más tarde, es importante que los padres se hagan presentes para cualquier eventualidad, sin que haya una invasión en la intimidad del adolescente.
Ejemplo
La percepción que un hijo tiene de la relación de los padres contribuirá mucho a esa fase de descubrimientos en su vida. Un hogar donde hablar sobre las relaciones es algo común, por ejemplo, da espacio a que el adolescente se sienta cómodo para hablar de lo que siente. “Hablará sobre eso con los padres, que se darán cuenta cuando hay alguien que le interesa”, explica.
La especialista recuerda que la probabilidad de que el adolescente sienta vergüenza de decir ciertas cosas, en ese momento, es muy grande. Entonces cabe a los padres entender el momento y organizarse para transmitir confianza a los hijos. “Lo más importante es que los padres sean en quienes los niños más confíen”, subraya.
Prohibición
Padres que prohiben expresamente al hijo tener una relación pueden estar cometiendo un gran error. “No se puede hacer eso, porque puede haber un bloqueo en las emociones de una persona, que está aprendiendo a amar”, dice Adriana.
Ella ilustra la cuestión con la historia de una paciente suya que ya de adulta aún estaba soltera y no lograba relacionarse. Esa joven contó que una de las escenas más traumáticas de su infancia fue ver a su mamá encontrando una notita que ella le había hecho a un amigo de quien estaba enamorada, y le hizo “comerse” el papel. “Ese acto hizo que ella se bloqueara al amor”, cuenta.
Pero entonces ¿cómo lidar con un momento como ese, cuando piensas que tu hijo es aún muy joven para tener una relación? Hablar es lo mejor, según Adriana. “¿Estás seguro que quieres una relación? ¿No crees que aún es pronto? ¿Y cómo ven ustedes esa relación?”, son algunas de las preguntas recomendadas por la psicóloga.
Dependiendo de la edad, es posible, según ella, que sea solamente una relación de WhatsApp, de ir tomados de la mano cerca de la escuela o de ir al cine el sábado en la tarde con los amigos.
Por Sempre Família