En California, donde fundó nueve misiones, se le quiere mandar al olvido
Cuando el llamado apóstol de la Sierra Gorda (en Querétaro, México) y de la Alta California (hoy Estado de California, en Estados Unidos), San Junípero Serra (1713-1784) fue elevado a los altares por el Papa Francisco el 23 de septiembre de 2015 en Washington, nunca se pensó que fuera a sufrir tantos actos de desprecio, e incluso, de vandalismo por los propios californianos.
Mientras en la Sierra Gorda de Querétaro se conserva su memoria como el grande civilizador de los indígenas pames y jonaces, y las misiones que construyó son consideradas como Patrimonio Cultural de la Humanidad; en California, donde fundó nueve misiones, se le quiere mandar al olvido.
En el corazón de San Francisco
El misionero mallorquín –el único español que tiene una estatua en Salón Nacional de las Estatuas situado en el Capitolio, donde reside el poder legislativo de los Estados Unidos, y lugar donde están representados los personajes más ilustres de esa nación—será próximamente una de las figuras de bronce retiradas de un lugar destacado cerca del ayuntamiento de San Francisco (California).
Este tema fue debatido por la Comisión de Arte de la ciudad californiana, misma votó por unanimidad la eliminación de la estatua de bronce, titulada “Early Days” (“Primeros días”). En este conjunto escultórico se muestras tres figuras: un nativo americano sentado a los pies de un vaquero español y del propio San Junípero.
La estatua forma parte del Monumento a los Pioneros, mismo que fue creado por el artista californiano Frank Happersberger en 1894. El trabajo fue ideado para rendir homenaje a la historia de California, incluido el asentamiento temprano de la misión de San Francisco.
Pero la Comisión de Arte considera hoy como políticamente incorrecta la propuesta escultórica. “Esta escultura racista e irrespetuosa no tiene cabida en el corazón de nuestra ciudad”, dijo la Comisión en un comunicado el pasado 5 de marzo, cuando tomó la resolución de quitarla y poner en su lugar una placa conmemorativa de los fundadores de California.
Para los miembros de la Comisión, independientemente que la estatua date de hace más de un siglo, “es una representación ofensiva y condescendiente de los nativos americanos que no reconoce el racismo, la colonización y el genocidio”.
La historia reducida
La estatua de San Junípero lo pone inclinado, mirando al nativo americano con la palma hacia abajo. El otro brazo de la estatua se estira hacia el cielo, con un dedo apuntando a los cielos.
Desde luego, la retirada del conjunto escultórico en el corazón de San Francisco, obedece a la llamada guerra de las estatuas que ha seguido tras las protestas de agosto de 2017 en Charlottesville, Virginia, sobre la remoción de la estatua del general confederado Robert E. Lee .
Ese acto atrajo a activistas neoconfederados y de extrema derecha. Una contra manifestante murió y varios resultaron heridos cuando un partidario de la estatua condujo su automóvil hacia la multitud. El tema de Charlottesville ha resonado en todo el país. Y San Francisco, finalmente, decidió remover a San Junípero. Los activistas nativos americanos habían empujado, desde 1990, para que el conjunto escultórico de los pioneros se retirara.
“La Comisión de las Artes escuchó la protesta pública contra las imágenes representadas en la escultura ‘Early Days’ y tomó los pasos apropiados para ayudar a rectificar una injusticia histórica”, dijo Tom DeCaigny, director de asuntos culturales de San Francisco.
¿Rectificar una injusticia histórica? Quizá en la mente de muchos eso signifique olvidarse de la labor de un misionero como San Junípero Serra, y fijarse, nada más, en las estatuas.