La estación que alberga el ferrocarril trasandino hace historia
“Pita el tren, pita el tren, el trasandino rojo, aquí no más, a escasos metros donde se alargan los rieles paralelos, hasta las orillas de la cordillera”.
Los símbolos de la era industrial aún se atesoran en Lima. La primera construcción moderna de la ciudad se ubica a 100 metros de su plaza mayor. Construida en 1912 la Estación Desamparados recibe a cientos de turistas de todo el mundo, dispuestos a recorrer el corazón de los Andes al interior del tren central del Perú, que va de Lima hacia Huancayo.
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El ferrocarril trasandino es el atractivo para la gente en la ruta, y es que no hay un poblador que no salude al tren a su paso. Más de 60 túneles y uno de los puentes ferroviarios más altos del mundo “El Infiernillo” situado a 3 300 m s.n.m. hacen parte del paisaje. El tren diseñado en el siglo XIX fue construido por inmigrantes asiáticos, cuyos restos yacen en el cementerio presbítero maestro.
Tras 12 horas de viaje el tren escala los andes. Con 150 mil habitantes, la ciudad jardín de entonces era el punto de partida para llegar a la incontrastable ciudad de Huancayo a 4 000 m s.n.m. Considerada una de las mejores estaciones en América del Sur de su época el imponente edificio francés de estilo neoclásico se erige en un área de 3 mil metros cuadros.
El valor de Desamparados
Desde esta misma estación donde en 1924 se recibió a la delegación de Estados Unidos con ocasión del centenario de la Batalla de Ayacucho, parte el tren turístico que llega a los andes peruanos. La empresa Ferrocarril Central Andino administra actualmente este servicio que también se ofrece por la noche.
Ubicada en la margen izquierda del río Rímac, es la única estación de las antiguas que queda en Lima. Inicialmente como un convento, luego como estación de tren este espacio público busca incorporar al viajero con el patrimonio cultural del país.
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Sobre una estructura metálica que cruje al paso del tren, los turistas abordo mastican coca para soportar el mal de altura o soroche. Inician este recorrido desde que ingresan a la Estación Desamparados, con las campanadas de la esfera del reloj de 1.50 metros de diámetro repicando para darles la bienvenida desde lo alto de su fachada, cuyas gigantes puertas llevan inscritas las iniciales de Ferrocarril Central.
Edificio épico de una estación ferroviaria
Sus hermosos vitrales de inspiración inglesa, las columnas dóricas variadas, y sus balaustres hacen parte del maravilloso espectáculo visual que los visitantes guardan en la retina de sus ojos. Construida sobre los cimientos del Convento de Nuestra Señora de los Desamparados en 1912 muestra como sus principales distintivos, bancas de hierro forradas con madera, una gran farola de vitral de estilo Art Nouveau, y la escalinata principal que abre las puertas de esta obra monumental de estructura de hierro y mayas metálicas.
En 1630 se construye una capilla en homenaje a la Virgen de los Desamparados. Luego se convierte en un santuario que fue cedido a la compañía de Jesús. Años más tarde los jesuitas construyen el Convento de Nuestra Señora de los Desamparados. En 1870 se fabrica sobre los cimientos de este recinto eclesial la primera estación de tren en el país.
Aproximadamente 10 mil obreros participaron en la construcción de este monumental edificio valorado en 40 mil libras. El presidente Augusto B. Leguía inauguró este proyecto que no solo fue iniciativa de la empresa Peruvian Corporation sino también del estado, que tenía al joven Rafael Marquina como su arquitecto principal.
Llegar a los andes peruanos no solo se convierte en una aventura a bordo de uno de los ferrocarriles más connotados del mundo, sino también es un encuentro con la historia del Perú, que viaja con los visitantes desde el momento de la partida, al interior de esta moderna pero a la vez histórica, estación central del tren andino peruano.