Recordarlas puede hacerte hoy más feliz
Incluso las personas más inteligentes, a veces olvidan estos conceptos básicos y obvios:
1 – No sentirse preparado puede ser algo bueno
Las oportunidades raramente vienen cuando estamos al 100% listos para aprovecharlas. Éstas son más propensas a tocar a nuestra puerta cuando te sientes inseguro con tu preparación, conocimiento y habilidades. Pero eso no significa que debes ignorarlas hasta que te sientas listo.
La mayoría de nuestras oportunidades de vida nos obliga a crecer tanto emocional como intelectualmente. Nos impulsan a dar lo mejor de nosotros mismos, aunque eso signifique salir de nuestra zona de confort. Pero sacrificar nuestra comodidad puede nos impulsa hacia el crecimiento personal.
Si quieres cambiar tu vida para mejor, debes abrirte a nuevas oportunidades que surgen en tu día a día.
2 – Éxito y fracaso van de la mano
Muchas veces, las personas tienden a malinterpretar el significado de la palabra “fallo”. ¿Por qué tenemos tanto miedo al fracaso? Es tan natural como tener éxito.
El error no significa no tener éxito. En realidad, es parte del círculo del éxito.
Y el éxito en sí no debe ser medido por la realización de un objetivo particular. El éxito es un estado de ánimo y, por lo tanto, todos pueden sentirse muy exitosos.
3 – La acción es la clave de todo éxito
Muchas veces oímos que el conocimiento es poder. Pero solo es poder si lo usas.
Saber cómo hacer algo y realmente hacerlo son dos cosas completamente diferentes. No importa si, por ejemplo, lees libros y artículos sobre la procrastinación y no realizas ninguna acción específica para superar este problema.
El conocimiento y la inteligencia son inútiles sin la acción.
4 – Incluso los errores significan progreso
Si miras atrás en tu vida, tal vez te des cuenta de que los errores cometidos en el pasado te enseñaron lecciones valiosas.
Entonces, ¿por qué tenemos tanto miedo a cometer errores si éstos nos ayudan a crecer con más sabiduría?
Todo error que se comete en el camino hacia un determinado objetivo te acerca a él.
El miedo a cometer errores puede llevarte a no actuar y éste sea tal vez el error del que más arrepientas en tu vida.
De esa forma, siempre te preguntarás qué hubiera sucedido si no hubieras estado tan asustado. Y lo más importante, no habrás evolucionado.
Por lo tanto, prueba y mira qué pasa. Después, evalúa.
5 – La toma de decisiones se limita cuando hay muchas opciones
Vivimos en una época en que hay muchas oportunidades para escoger cuando se trata de determinar nuestros caminos profesionales y de vida. Pero cuando tenemos muchas opciones frente a nosotros, muchas veces podemos confundirnos y es la indecisión la que vuelve a entrar en juego.
Estudios comerciales y de marketing muestran que, cuando un consumidor tiene más opciones de productos, está más predispuesto a comprar menos. Si piensas en ello, escoger un producto entre tres opciones de productos es mucho más fácil que escoger uno entre trescientos. La mayoría de las personas desistirá fácilmente, si el proceso de decisión de compra fuera difícil.
6 – El éxito no significa necesariamente felicidad
Muchas personas creen que solo pueden ser felices si logran un objetivo específico. Por ejemplo, el éxito profesional.
En mi opinión, podemos escoger ser felices todos los días, no importa en qué punto de nuestro camino nos encontremos, ni si hemos alcanzado nuestros objetivos…
No necesitas esperar a tus sueños para ser feliz. Lo más importante es apreciar cada momento de cada día y agradecer quién eres y lo que tienes ahora.
7 – Puedes ser el mejor en algo, incluso cuando no te gusta hacerlo
Algunas personas dicen que, para se bueno en algo, te tiene que gustar hacerlo.
En mi opinión, eso no tiene porque ser verdad. Si una persona dedica su tiempo y esfuerzo en aprender una habilidad particular, puede volverse excelente. La forma como ésta se siente sobre la actividad no determina su éxito en la misma.
8 – Lo que vemos en los demás existe en nosotros
Los problemas que podamos tener con una persona en concreto puede ayudarnos a aprender algo sobre nosotros mismos. ¿Por qué vemos ese problema en la otra persona? ¿Puede ser que nosotros también tenemos algo que ver con ese problema? Ver así puede resultar algo frustrante pero reconocer que lo que vemos en los demás es un reflejo de nosotros mismos, puede ayudarnos a superar nuestros problemas no resueltos.