Perfectamente conservado, un reloj solar, realizado por el padre Jean Bonfa, da fe de los avances científicos de los jesuitas a finales del siglo XVII.“Para el tiempo presente y la eternidad”, es lo que podemos descubrir, inscrito en latín, en una de las paredes que alojan este sorprendente reloj solar. Escondido en el corazón del liceo Stendhal de Grenoble, Francia, ha sido una fuente de orgullo para maestros y estudiantes por igual. Construido en 1673 por el padre jesuita Jean Bonfa –época en que todavía era un colegio jesuita– el reloj fresco cubre 100m2 de paredes y techos ¡y todavía funciona perfectamente!
¿Cómo funciona?
El reloj consiste en una serie de frescos pintados en las paredes y el techo de la escalera que separa el primer piso del segundo piso. Entre las dos plantas, hay ventanas que dan a un rellano y por las que pasa la luz del sol. El sistema es muy sencillo: el padre Bonfa colocó dos pequeños espejos sobre el borde de las ventanas, orientados al sur, para que el sol pudiera reflejarse y proyectar sus rayos en la pared, donde se encuentra el reloj de sol. El sol proyecta un punto luminoso sobre el techo de la escalera para indicar la hora.
Además de para indicar el tiempo, el reloj de sol también ofrece otras informaciones: el número de horas transcurridas desde el amanecer y lo que queda hasta la puesta de sol, los meses, las estaciones y los signos del zodíaco. Las paredes, por otra parte, contienen tablas astronómicas con información variada. Se puede encontrar un reloj universal que indica la hora de otras ciudades como Lisboa, Madrid, Londres o incluso países como Persia, India, Perú, etc. El reloj solar también muestra todas las fiestas relacionadas con la Virgen María (Asunción, Visitación, Natividad…), el calendario lunar, los horóscopos, el calendario real que informa de todos los acontecimientos importantes del reinado de Luis XIV (boda, victorias…), así como los signos del zodíaco.
Un jesuita científico
Realizado en estilo barroco, el reloj del padre Jean Bonfa da testimonio de los avances técnicos y científicos producidos por los jesuitas. Nacido en Nimes, el padre Bonfa conoció al padre Atanasio Kircher ─mientras estudiaba en Aviñón─ que le había enseñado el arte de los relojes de sol. Más que un religioso, Jean Bonfa era un verdadero científico apasionado por todos los temas relacionados con la astronomía. Desde los años 1670 hasta 1683, enseñó matemáticas y teología en el colegio jesuita de Grenoble y luego en el de Aviñón. Más tarde, también enseñó hidrografía y efectuó numerosos trabajos sobre astronomía, en colaboración con su famoso estudiante Cassini, antes de convertirse en corresponsal de la Real Academia de Ciencias en 1699.
Su reloj solar, construido con la ayuda de estudiantes del colegio, está clasificado como monumento histórico desde 1924. Desde su restauración en 1984 ha estado protegido con cristales para evitar roces con la pared. El edificio sigue acogiendo a estudiantes de secundaria, aunque es posible realizar visitas organizadas por la Oficina de Turismo de Grenoble.