No se hizo ningún intento por salvarle mientras agonizaba
Sunil Saleem, de 26 años, visitaba a su hermana, Kiran, que fue hospitalizada durante los últimos meses de su embarazo. Se suponía que Kiran debía ser visitada por un ginecólogo, que estaba hablando por teléfono y que le pidió a una enfermera que hiciera la visita por él. El problema comenzó cuando Kiran insistió en ser vista por el médico en lugar de la enfermera.
Estalló una discusión entre la familia de Kiran y el personal del hospital. Johnson Saleem, hermano de Kiran, le dijo a la Agencia Fides que la discusión empeoró cuando el doctor abofeteó a Kiran. Cuando sus hermanos, Sunil, Anil y Shafeeq, que protestaron por la bofetada, fueron amenazados por guardias de seguridad.
Se produjo una pelea, en la cual los hermanos de Kiran fueron golpeados por guardias de seguridad y no menos de tres doctores. Según los informes, uno de ellos, Sunil, fue golpeado durante media hora y dejado morir, sin tratamiento, dentro del hospital. Sunil falleció por sus heridas poco después de la golpiza. La familia Saleem ha presentado una queja ante la policía.
Nasir Saeed, director de la ONG “Centro de Asistencia Legal, Asistencia y Asentamiento” habló con la Agencia Fides, denunciando la violencia desenfrenada contra los cristianos y otras minorías religiosas en Pakistán:
“La brutalidad contra Sunil no se justifica de ninguna manera. Demasiados continúan abusando de la ley, tomando la justicia por sus propias manos y matando a personas inocentes con impunidad. Cuando una disputa involucra a un cristiano, los musulmanes se sienten autorizados a llevar a cabo una violencia intolerable, sabiendo que no serán castigados. Esto no es justicia. Es triste ver que Pakistán, un país creado con el apoyo de las minorías religiosas, se ha convertido en un lugar donde las minorías viven con un temor constante por sus vidas. El gobierno de Pakistán no ha logrado garantizar su protección. Muchos huyen del país para buscar refugio en otras naciones. La intolerancia contra las minorías religiosas en Pakistán ha alcanzado un nivel peligroso y existe una necesidad urgente de detener estas atrocidades “.