Manhunt: Unabomber, una serie trepidanteUnabomber fue un terrorista con un cociente intelectual de 167. Se graduó en Harvard y se doctoró en matemáticas en la Universidad de Michigan. Dio clases en la Universidad de Berkeley. Y después desapareció de la vida pública. Como se supo después, se retiró a los bosques de Montana para aprender a sobrevivir en la naturaleza, al viejo estilo americano.
Algunos no lo recordarán, pero fue el responsable de varios atentados a lo largo y ancho de los Estados Unidos de América entre los años 1978 y 1995. Paquetes-bomba enviados por correo ordinario a diferentes empleados de multinacionales y empresas como líneas aéreas, madereras, etc.
Manhunt: Unabomber (2017) condensa en 8 episodios la vida del que fue el terrorista en serie más buscado durante casi veinte años, hasta su captura y confesión. La historia no pierde tensión narrativa en ningún momento y entra de pleno en diversos temas muy interesantes.
Aborda, la interrelación entre exclusión y criminalidad, tanto en la historia personal del protagonista, el agente especial del FBI Jim “Fitz” Fitzgerald, como en la del propio criminal.
Observamos cómo en nuestra sociedad tendemos a rechazar a todos aquellos que tienen una percepción de la realidad que se sale de lo comúnmente considerado como normal –por encima o por debajo- y cómo este rechazo fácilmente se puede convertir en mutuo y en actuaciones más allá de los límites establecidos por la ley.
Una frontera muchas veces difusa y extremadamente convencional.
Capítulo tras capítulo, y con un final abierto que obliga a la reflexión, la teleserie también introduce una cuestión muy tratada en Black Mirror (2011-), intuida por Theodore Kascynski -verdadero nombre del terrorista-.
Mucho tiempo antes de que se convirtiese en cool y mainstream en nuestra sociedad, Unabomber ya había dejado escrito en su manifiesto –en su día publicado en The Washington Post– que existía una estrecha vinculación entre el capitalismo neoliberal desbocado y uno de sus brazos armados, las nuevas tecnologías, con la pérdida de libertad en nuestras sociedades occidentales.
De hecho, en un cierto sentido, el terrorista se acaba convirtiendo en una especie de chivo expiatorio voluntario de la justicia, en un cierto sentido que no quiero aclarar para no entrar en los indeseables spoilers.
Otro de los hilos de Ariadna curiosos que tejen la serie es el nacimiento de la “lingüística forense”, una disciplina de controvertida credibilidad en el mundo de la criminología científica que muestra su eficacia, convirtiéndose en la pieza clave para descubrir la identidad del Kaszynski.
El análisis pormenorizado e incluso obsesivo de las expresiones, los giros lingüísticos y el modo de citar fuentes, tanto de las cartas, como del manifiesto de Unabomber es lo que permite que “Fitz”, largo tiempo incomprendido dentro del grupo especial del FBI dedicado a la persecución de Unabomber, dé con el verdadero paradero de ese criminal que tanto se parece a él.
La serie te atrapa desde el primer minuto y va creciendo en interés hasta el último fotograma. Un thriller psicológico como pocos se han visto últimamente.
Con unas interpretaciones magistrales, tanto por parte del protagonista (Sam Worthington) como del antagonista (Paul Bettany), e incluso de un riquísimo reparto en el que encontramos, entre otros, a rostros tan conocidos en la ficción televisiva como el de Chris Noth, de Sexo en Nueva York o The Good Wife.
Como moraleja, una indispensable y einsteiniana –no en vano la cosa se juega entre superdotados: “no es posible solucionar un problema desde el mismo paradigma que lo ha engendrado”.
Ficha Técnica
Título: Manhunt: Unabomber
Año: 2017
Género: Thriller
Creadores: Andrew Sodroski, Jim Clemente, Tony Gittelson.
Director: Greg Yaitanes
País: USA
Reparto: Sam Worthington, Paul Bettany, Jane Lynch, Jeremy Bobb, Chris Noth, etc.