La Iglesia tiene un proceso muy meticuloso para determinar si una revelación privada en particular es auténtica o falsa. Solo después de un cuidadoso estudio la Iglesia declara dignos de veneración esos relatos que se han demostrados auténticos y espiritualmente fructíferos.
Aunque no se exige a los católicos que crean en ninguna revelación privada, ni siquiera las aprobadas, las apariciones y los mensajes pueden ser aprobados por la Iglesia para devoción local o universal. El primer paso de este proceso es la aprobación del obispo local de la diócesis donde vive el visionario. En 1978 se elaboró un documento vaticano que describe los pasos necesarios para confirmar una revelación privada.
Cuando se tenga la certeza de los hechos relativos a una presunta aparición o revelación, le corresponde por oficio a la Autoridad eclesiástica:
a) En primer lugar juzgar sobre el hecho según los criterios positivos y negativos (cf. infra, n. I).
b) Después, en caso de que este examen haya resultado favorable, permitir algunas manifestaciones públicas de culto o devoción y seguir vigilándolas con toda prudencia (lo cual equivale a la formula “por el momento nada obsta”: pro nunc nihil obstare).
c) Finalmente, a la luz del tiempo transcurrido y de la experiencia adquirida, si fuera el caso, emitir un juicio sobre la verdad y sobre el carácter sobrenatural del hecho (especialmente en consideración de la abundancia de los frutos espirituales provenientes de la nueva devoción).
La Iglesia siempre es cuidadosa a la hora de someter relevaciones privadas a un proceso de estudio antes de hacer cualquier valoración sobre la propiedad de devoción, ya que no quiere engañar a nadie ni desviarlo de la fe.
Aquí tenéis una lista muy corta de revelaciones privadas a lo largo del último siglo que han sido declaradas falsas o de carácter no sobrenatural divino y de las cuales, por tanto, los fieles tienen indicación de alejarse
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Lipa, Filipinas
Se afirmó que la Santísima Virgen María se apareció varias veces a una monja llamada sor Teresita en un convento carmelita donde vivía en 1948. Al principio, estas visiones recibieron el visto bueno del obispo local, pero después de una investigación más profunda, la Iglesia declaró oficialmente el 28 de marzo de 1951 que las apariciones no tenían origen sobrenatural. El Vaticano reafirmó aquella decisión el 11 de diciembre de 2015.
Agoo, La Unión, Filipinas
Una mujer llamada Judiel Nieva supuestamente presenció varias apariciones celestiales y recibió poderes sobrenaturales entre 1989 y 1993. Después de un cuidadoso examen del obispo local, que evaluó las visiones y los mensajes recibidos, se declaró en 1993 que las apariciones no tenían origen sobrenatural. Una segunda comisión lo confirmó en 1996.
Rochester, Nueva York
Un hombre llamado John Leary asegura recibir regularmente mensajes de Jesús y María desde un viaje en 1993 a Medjugorje. Ha publicado estos mensajes en varios medios impresos y digitales. El 7 de julio de 2000, el obispo local declaró que “las ‘locuciones’ eran de origen humano, no divino”.
Denver, Colorado
En 1990, una mujer llamada Theresa Lopez afirmó haber recibido visiones de la Virgen María en el santuario Mother Cabrini en Denver. Muchos otros la acompañaron y contemplaron el sol esperando una aparición prometida. El obispo local investigó el caso y declaró el 9 de marzo de 1994 que las visiones “carecían de cualquier origen sobrenatural” e instó a los fieles a abstenerse de participar en cualquier cosa relacionada con las visiones.