El Pontífice enseña a ser santos y felices en el mundo de hoy incluso en las redes No a la violencia verbal en internet, es uno de los temas novedosos que se encuentran dentro del texto de la Exhortación apostólica ‘Gaudete et Exsultate’ del Papa Francisco sobre la llamada a la Santidad en el Mundo de hoy.
Advierte que “también los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital”.
El documento no es un ‘tratado’, aclara Francisco. Pero, habla de temas concretos como por ejemplo la violencia incluso en los medios de comunicación católicos, donde “se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena”.
Lamenta que haya venganza y se hable mal de los demás en una prolongación del mal que toca el mundo virtual : “Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza”.
El Obispo de Roma no justifica a los radicales católicos que se rasgan los vestidos sobre temas de la fe usando Internet: “Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: ‘No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad. Allí se manifiesta con descontrol” (27).
Una llamada a la santidad en el mundo de hoy que pasa por no cometer pecados con la lengua perpetuando la maldad del mundo y en cierto modo prendiendo el fuego del odio contra los demás.
Los cristianos que aspiran a la santidad deben más bien ser agua que apaga ese fuego en las redes sociales y en la sociedad en general: “La firmeza interior que es obra de la gracia, nos preserva de dejarnos arrastrar por la violencia que invade la vida social, porque la gracia aplaca la vanidad y hace posible la mansedumbre del corazón”.
Por último, el Papa pide de no criticar a los demás y quedarse con la primera imagen. “El santo no gasta sus energías lamentando los errores ajenos, es capaz de hacer silencio ante los defectos de sus hermanos y evita la violencia verbal que arrasa y maltrata, porque no se cree digno de ser duro con los demás, sino que los considera como superiores a uno mismo”.